Petroecuador espera reanudar bombeo de crudo por el SOTE antes de fin de año
Desde que inició la erosión regresiva del río Coca, en febrero de 2020, Petroecuador ha construido en el sector de San Luis (Napo) siete variantes del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE).
Hoy el fenómeno ha avanzado tanto que está a 89 metros del poblado más cercano, además ha provocado la paralización del transporte de petróleo crudo por los principales oleoductos del país: el SOTE y el Oleoducto de Crudos Pesados (OCP). La erosión regresiva también ha obligado a detener el transporte de derivados en el Poliducto Shushufindi Quito.
Petroecuador ha informado que la séptima variante del SOTE registra un avance del 91 % y se podrá retomar antes de fin de año las operaciones de bombeo de crudo desde la Amazonía hasta Esmeraldas.
Por otra parte, se espera que la variante alternativa del poliducto, que traslada nafta y gas licuado de petróleo, se habilite esta semana.
De su lado, OCP, que construye de forma paralela su variante temporal y prevé que tendrá el mismo trazado que la del SOTE, estima terminar su construcción y habilitar su sistema la primera semana de 2022. La falta de tubos por la denominada crisis de los contenedores ha retrasado el trabajo.
Según información del Ministerio de Economía y Finanzas, hasta el momento las pérdidas para el Estado por la suspensión del bombeo de crudo ascienden a 600 millones de dólares.
Petroecuador asegura que existe suficiente combustible para atender la demanda del mercado interno.
El problema de la erosión del río Coca comenzó en febrero de 2020 con el desplome de la cascada de San Rafael.
El fenómeno se evidenció en abril de 2020 cuando este ocasionó la ruptura de las tuberías y un derrame de unos 15.000 barriles. En ese momento se realizaron desvíos de los oleoductos, pero no se resolvió realmente el problema.