Desde octubre comenzará demolición del exedificio de MAGAP en Guayaquil
La constructora aspira a concluir los trabajos en ocho meses; el inmueble tiene 25 pisos.
Los primeros trabajadores ya se evidencian en las afueras del antiguo edificio del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (MAGAP), ubicado en las calles Padre Solano entre Machala y Quito, centro de Guayaquil. Bajo la dirección del consorcio Tecnovía-Padko, serán los encargados desdel 1 de octubre de la demolición del inmueble, anuncio realizado por el Presidente de la República, Rafael Correa, en uno de sus enlaces ciudadanos de febrero de 2010.
El representante de la constructora, Ramón Maestre, explicó que para derrumbarlo emplearán la técnica conocida como demolición mecánica, en la que se utilizarán grúas, retroexcavadoras y otras maquinarias; las tareas serán piso por piso, y comenzarán desde los más altos.
El plazo para concluir los trabajos es de ocho meses, que correrán a partir del 1 de octubre.
La Secretaría de Gestión Inmobiliaria del sector público (Inmobiliar) citó a los moradores del sector a una reunión, el fin de semana, donde les explicaron que nadie tendrá que abandonar sus hogares y que los locales cercanos seguirán funcionando sin problemas. Una de las representantes de Inmobiliar, Diana Manosalvas, explicó que entre los impactos que se pueden presentar constan alteración del paisaje, por la colocación de la malla; afectación a los árboles que están alrededor del edificio, pero, a su vez, resaltó la generación de fuentes de trabajo como impacto positivo.
El edificio de 25 pisos será demolido, y en su lugar se construirá un parque recreativo, en una extensión de 2.500 metros cuadrados. Esta idea no es del todo acogida por los moradores de la zona, quienes argumentaron contar con tres parques que no son muy concurridos.
La decisión de demoler la estructura se tomó basándose en dos estudios: uno de la consultora Julián Peña S.A. (Jupesa) y otro de Inmobiliar, que determinaron que el edificio tenía corrosión y fisuras en el hormigón y las columnas. Esto implica que ante un evento sísmico el edificio, construido en 1978 durante la última dictadura militar, podría colapsar y ocasionar daños.