Naufragio en Galápagos: sobrevivientes alertaron tres horas antes pero no recibieron ayuda a tiempo
Un video difundido en redes sociales muestra los momentos de angustia que vivieron los pasajeros de la embarcación Angy antes de naufragar en Galápagos. Se observa cómo las personas intentan sacar el agua que se va tomando de a poco la lancha, mientras los pasajeros no tenían chalecos salvavidas.
Los sobrevivientes dicen que tres horas antes de la tragedia informaron a las autoridades que los motores estaban dañados pero no fueron rescatados a tiempo.
Alexandra Lara está viva porque sabe nadar. "Capitanía del Puerto estuvo al tanto a las cuatro de la tarde sobre cómo nosotros veníamos", contó la mujer a Ecuavisa.
Ella relató que la lancha salió a las 15:30 de Puerto Villamil, en la isla Isabela, con destino a Puerto Ayora, en Santa Cruz, pero solo 37 minutos después de iniciado el viaje la lancha se apagó. "En el motor del lado derecho se levantó una parte y luego comenzó a humear".
Jhony Mestanza, otro de los sobrevivientes, asegura que también llamaron al ECU 911.
Recuerda que se desconectó el motor que estaba averiado y la navegación continuó con solo dos máquinas. El viaje continuó unos 45 minutos más y a las 17:15, se apagó por segunda vez.
El capitán del barco no detuvo la marcha y avanzó solo con una máquina hasta que a las 18:00 la embarcación ya no pudo continuar más, se apagó definitivamente.
Una lancha con combustible llegó al sitio las 19:15, pero a pesar de que se logró encender uno de los motores, la embarcación -presa de las olas- ya estaba llena de agua, refirió Alexandra.
En vano los pasajeros trataron de sacar el agua con bales. La parte de atrás de la lancha estaba hundiéndose poco a poco por el peso de los motores y de la gente que empezó a ponerse en ese lado del bote.
Alexandra relató que la embarcación no tenía luz y tuvieron que encender las pantallas de los celulares para que la otra embarcación los divise y los rescate, aunque no se podía acercar, pues se podía producir una colisión.
“Yo fui la primera que se lanzó al mar y les decía a los demás que nademos para coger a la lancha”, dijo la pasajera.
La mayoría la siguió, pero otras personas se quedaron en el bote porque no sabían nadar o porque a esa altura ya estaban con hipotermia y deshidratación, habían vomitado mucho por el mareo que les produjo estar al vaivén del oleaje nocturno.
"EL CAPITÁN NO PIDIÓ AYUDA"
Pablo Caicedo, jefe de la Dirección Nacional de los Espacios Acuáticos de la Armada, señaló que el capitán del navío "no llamó a la autoridad marítima ni al ECU-911 para alertar que estaba en una emergencia".
Eso lo corroboran los pasajeros, que si llamaron a ambas entidades. "El capitán no quiso hacer caso cuando le pedíamos que regresemos a Isabela, él quiso continuar de todos modos, pese a que la lancha se apagó cuando aún estábamos cerca del puerto y era de día", contó otro pasajero que sobrevivió.
La Armada confirmó que la capacidad de la embarcación era para 32 personas, pero estaban 37. Aún así zarpó, pese a la presencia de los uniformados en el puerto.
La entidad recalcó que dicha nave fue inspeccionada en marzo, hace 6 meses, por lo que tenía los papeles en regla.
Según Caicedo, en Galápagos operan 60 embarcaciones y no se puede inspeccionar a todas cada día, por eso se lo hace una vez al año.
Tras el naufragio, 33 personas fueron rescatadas vivas, pero cuatro murieron. La Cancillería confirmó que eran dos ecuatorianos, un colombiano y un estadounidense-israelí.
La fiscalía tomó las versiones de los sobrevivientes. Mientras en su cuenta en twitter informó que "ejecutó allanamientos. Además, se coordinan acciones para ubicar al capitán de la embarcación, quien se encuentra prófugo".
La embarcación salió de Puerto Villamil, en la isla Isabela y su destino era Puerto Ayora, en Santa Cruz, pero naufragó a la altura de la playa Tortuga Bay, es decir a 15 minutos de llegar.