La minería ilegal ha contaminado las aguas de los ríos Ishkayacu y Puní, en Napo

La minería ilegal ha causado estragos en varias comunidades del Tena, la capital de la provincia del Napo, contaminando ríos como el Ishkayacu y el Puní.
El río contaminado en Napo. ()
28 sep 2024 , 18:28
Televistazo

A solo 200 metros del río Ishkayacu, en la comunidad de Quisacocha, en Tena, la capital de la provincia amazónica del Napo, una cabaña de madera marca el inicio del rastro que ha dejado la minería ilegal.

Tanques de combustible vacíos, arena revuelta y piedras esparcidas por el terreno son los restos visibles de una actividad que ha devastado el entorno. Entre las excavaciones y los árboles derribados, el paisaje revela una deforestación que se extiende por ocho hectáreas.

"Todos los días estaban trabajando. El agua no es transparente. Si usted entra a lavarse las manos y bate el agua, esta parece chocolate", dijo Bertha Tapuy, habitante de la comunidad Capirona.

Los residuos de esta actividad han llegado hasta el río Puní, a 11 kilómetros, que ha perdido sus aguas cristalinas y ahora muestra un tono café.

La principal población afectada es Capirona, en la parroquia Puerto Napo, en donde los 280 habitantes dependen exclusivamente de este afluente como fuente de abastecimiento.

Le puede interesar: Un incendio en Aláquez, Cotopaxi, fue apagado gracias a la unión de la comunidad, empresa privada y autoridades

El río está contaminado por la remoción de sedimentos, que se han acumulado a lo largo de sus 60 kilómetros. En sus riberas, manchas de diésel cubren las hojas caídas de los árboles. “Este río Puní era nuestra agua potable porque aquí las autoridades alcaldes, prefecto, GAD parroquial no tuvieron la capacidad para darnos agua", expresó Galo Villamil, habitante de la comunidad Capirona.

Los comuneros sostienen que tanto niños como adultos, han comenzado a sufrir problemas estomacales y dermatológicos. Raúl Vargas mencionó que las irritaciones en su piel aparecieron después de bañarse con agua del río.

“Hay muchos compañeros tienen hongos en sus cuerpos, niños con hongos, dos personas ya fallecieron y dijeron en el hospital tal vez será el agua, nosotros sabemos que es el agua”, dijo Vargas.

Para Capirona, el río lo es todo. No solo provee agua, sino también alimentos, como los peces que antes capturaban. "Ya no podemos pescar las carachamas y bocachicos saben a diésel y a mercurio", expresó René Chimbo.

El caso fue denunciado en agosto del año pasado, pero, según los comuneros, los mineros ilegales continúan entrando y saliendo de la zona. Desde esta semana, los afectados se han unido a la Asamblea Antiminera de Napo en búsqueda de soluciones al daño ambiental. Por ahora, han conseguido que un tanquero del Municipio suministre agua, aunque con apenas dos visitas por semana, lo cual resulta insuficiente.

Le puede interesar: Las bandas criminales realizaron una perforación clandestina en Quevedo

TAG RELACIONADOS