El principal laboratorio de la Arcsa, donde se detecta plomo en los alimentos, funciona al 58 % de su capacidad

La Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) está en crisis. Su principal laboratorio, que está ubicado en el centro de Guayaquil y donde se analiza la presencia de sustancias extrañas en los alimentos, solo funciona al 58 % de su capacidad.

El director ejecutivo de la Arcsa, Daniel Sánchez, confirmó a Ecuavisa que 600 de los 650 equipos que tiene la institución fueron heredados del desparecido Instituto Nacional de Higiene Dr. Leopoldo Izquieta Pérez, es decir, al menos tienes 12 años de uso.

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En un recorrido que hizo Ecuavisa a las instalaciones se constató que hay muchos equipos obsoletos y están "fuera de uso". Otros, en cambio, no reciben mantenimiento.

En ese laboratorio se deberían analizar muestras de los 48 000 alimentos procesados en Ecuador para verificar si son aptos para el consumo, pero por el estado de las instalaciones esa tarea se realiza a medias.

Adicionalmente, en ese laboratorio está la única máquina en todo el país que detecta plomo o metales pesados en los alimentos. Ese artefacto también necesita mantenimiento. De hecho, ya salió un falso positivo para plomo en un producto y la Arcsa tuvo que reconocer el error.

A pesar de esas condiciones, la Arcsa sigue emitiendo advertencias tras detectar plomo en alimentos. Este domingo 21 de enero señaló que dos lotes de salsas de tomate estaban contaminados.

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Los técnicos del laboratorio reconocen que por años las administraciones de la Arcsa ni siquiera han visitado esas instalaciones ni han destinado recursos para mejorarlas.

Actualmente se analiza un proyecto para crear un nuevo laboratorio en otra ubicación, posiblemente sobre la avenida Narcisa de Jesús, en el norte del Puerto Principal.

Se necesitarían 30 millones de dólares para construir laboratorios en Guayaquil, Quito y Cuenca. Arcsa quiere presentar el proyecto al Ministerio de Economía y Finanzas para conseguir recursos.