La historia de María Belén Bernal y su lucha junto a las víctimas de violencia intrafamiliar
Este domingo 18 de septiembre del 2022 se cumplen siete días de la desaparición de la abogada María Belén Bernal y no hay señales de su paradero. Lo último que se supo de ella fue que estuvo en la Escuela Superior de Policía, localizada en el sector de Pusuquí, extremo norte de la capital.
La última persona con la que mantuvo contacto fue su esposo, el teniente Germán Cáceres, quien en la actualidad es prófugo y se ofrece una recompensa de USD 20 mil a quien proporcione información del lugar en donde se encuentre.
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Ecuavisa.com dialogó con los familiares de la profesional, de 34 años, quienes la recuerdan como una persona alegre, solidaria y jovial. Conozca su historia:
Cuando María Belén se graduó de abogada en la Universidad Central, en 2018, lo primero que hizo fue abrazar a su madre, Elizabeth Otavalo, al final de la ceremonia de incorporación. La miró a los ojos y le dijo “gracias mamá porque este logro representa tu lucha para salir adelante”.
En ese tiempo, ella tenía 20 años y desde que comenzó a ejercer su profesión se comprometió a trabajar por las mujeres y niños víctimas de violencia intrafamiliar. Sus allegados aseguran que es meticulosa para dar seguimiento a los casos y siempre está al pendiente de las audiencias en los temas de alimentos. "No les cobraba por la asesoría jurídica", cuenta Otavalo a Ecuavisa.com.
También organiza conversatorios en los que guía a las mujeres que son agredidas físicamente por sus parejas. Les dice que siempre deben denunciar si las golpean. Su frase de cabecera con las que les aconseja es que "nada justifica la violencia".
En el barrio donde ella creció, la Mena Dos, ubicado al sur de Quito, los vecinos la recuerdan como una persona solidaria. En Navidad, por ejemplo, organiza agasajos para los niños. Dice que con ese tipo de manifestaciones los chicos van a crecer más sensibles ante lo que pasa en la sociedad y aprenden a ser más solidarios.
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Espíritu de solidaridad de Elizabeth
Su vocación por servir a la sociedad la heredó de su madre, quien también fue madre a los 20 años. Eso le impulsó a trabajar mientras estudiaba la carrera de gestión pública en la Universidad Central.
Colaboró en los programas de apoyo y ayuda a niños durante 12 años, dentro de los proyectos no convencionales de desarrollo infantil, en el Innfa, Operación Rescate Infantil (ORI), también en protección especial del MIES.
Trabajó en la implementación del Bono para Niños Niñas y Adolescentes en Situación de Orfandad por Femicidio. Los beneficiarios son los infantes que se encuentran en situación de orfandad por casos de femicidio.
Otavalo considera que su hija heredó su espíritu de lucha. Cuando ambas vivían juntas y María Belén regresaba de trabajar, siempre le pedía un abrazo. "Me decía: mamá abrázame porque necesito tu energía. Ahora no podemos hacerlo tras su desaparición. Ella está sola, no sé por donde, porque necesita de mí y yo a ella. Su hijo también", cuenta mientras llora.
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Su niñez e infancia
Nació el 14 de marzo de 1988 en Quito y creció junto a su madre en la Mena Dos. Sus parientes cuentan que era una estudiante destacada con buenas calificaciones en la escuela Consejo Provincial de Pichincha y el colegio 24 de Mayo.
De pequeña se quedaba en una guardería mientras su madre laboraba. Siempre le gustó ser la mejor del salón de clases, jugaba mucho con sus compañeros y era perfeccionista al momento de hacer las tareas escolares.
"Era una chica inquieta de buenos sentimientos, muy alegre y cariñosa con la familia", contó su tío, Félix Otavalo. Cuando se enteró que su abuela, Fabiola Paredes, de 85 años, contrajo cáncer a la médula espinal, María Belén no dudó en apoyarla con el resto de sus familiares, pues creció con ella y la apoyaba en lo que necesitaba.
También estaba al pendiente de sus tíos, primos y demás parientes. "Cuando se equivocaba en algo nos pedía disculpas, era bastante humilde", narró Janeth Honores, prima de Belén.
Los familiares recuerdan que con ella se iban de paseo a sitios turísticos como Mindo, Baños o Misahuallí en la Amazonía. Su prima, Jazmín Correa, contó que ambas estudiaron Derecho en la Universidad Central, pero María Belén sí alcanzó a graduarse. "En un viaje ella se lanzó desde el puente (bungee jumping) en el Puyo. Me asusté mucho, yo no lo hice", recuerda.
Su hijo con ayuda psicológica
Tras la desaparición de su madre, el hijo de 13 años de María Belén Bernal se encuentra asistiendo a terapias psicológicas. El esposo de Otavalo, Jorge Narváez, lo cuida y está al pendiente del chico.
Él creció en la casa de su abuela, pero en 2017 su mamá se casó con el teniente Cáceres. Hace dos años se fueron a vivir en Conocoto. Para los allegados de la abogada, uno de los momentos más difíciles fue cuando el adolescente abrió una cuenta de Twitter y pidió a la gente que ayudara a buscar a su madre:
"Ayúdenme a encontrar a mi mamá, la última persona que estuvo con ella fue mi padrastro".
Por ahora se ha encontrado el teléfono, la cartera, la billetera y una zapatilla en la Escuela Superior, debajo de unas gradas.
— Ecuavisa Noticias (@EcuavisaInforma) September 17, 2022
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