La historia de los hombres que mantienen funcionando el reloj de la Torre Morisca en Guayaquil

Desde hoy, Ecuavisa presenta a varios personajes que destacan por la actividad que realizan a diario y su aporte a Guayaquil, que este mes cumple 487 años de fundación.

Antonio Pincay tiene 66 años y desde mayo del 2021 está encargado del funcionamiento del reloj de la Torre Morisca ubicada en el Malecón, uno de los monumentos patrimoniales de la urbe.

Para darle mantenimiento, sube a diario las 92 gradas que lo llevan hasta este corazón de metal.

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Y han sido 180 años en que este reloj le ha dado la hora a la ciudad. Esta máquina traída de Londres es considerada patrimonio de Guayaquil.

Si algo se llega a dañar, cuenta Pincay, toca mandar hacer las piezas. Es que el reloj como tal es incluso más antiguo que la Torre Morisca, que tiene 93 años.

Pero no solo Antonio ha tenido esta labor a lo largo de estos 180 años. Tres generaciones de la familia Terranova han dado mantenimiento al reloj.

El más reciente fue Manuel Terranova Garcés, quien trabajó durante 25 años en esta torre. Recordar esos años lo llenan de nostalgia.

A manuel se le salen las lágrimas cuando recuerda que su papá lo llevaba al trabajo cuando la torre era de madera.

Pero antes de él, su padre, y su abuelo se encargaron del reloj de la ciudad. De ellos aprendió este oficio.

Hoy, ya jubilado, pasa por ahí y le es imposible no mirar hacia arriba, como nos sucede a todos.

Porque las campanadas de este gran reloj público no se detienen nunca y son las encargadas de avisarnos a cada hora el tiempo exacto que transcurre en la Perla del Pacífico.