La intensidad de la lluvia será menor en la Sierra desde este 30 de septiembre
Las lluvias bajarán su intensidad esta semana y se presentarán de forma esporádica en la Sierra. Ese es el pronóstico del Instituto de Meteorología e Hidrología (Inamhi), que precisó que al menos hasta mediados de octubre, el comportamiento climático será similar: unos días con lluvias intensas y otros días más secos.
Hasta el 30 de septiembre lloverá en casi toda la Sierra, según la entidad. La intensidad será mayor desde Pichincha hacia el norte y desde Cañar hacia el sur.
Cristina Argoti, analista de pronósticos del Inamhi, explicó que las condiciones atmosféricas se secarán, pero que en otros días, las lluvias incluso estarán acompañadas de tormentas eléctricas.
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Desde finales de octubre las lluvias serán constantes, aunque no se sabe qué intensidad alcanzarán.
"También podemos tener una época lluviosa anómala y puede que las lluvias no se den como la gente espera. Tenemos que ver cómo se comporta la época lluviosa dentro de la región Interandina", dijo Cristina Argoti.
Los caudales aún no alcanzan los niveles óptimos para el funcionamiento de las hidroeléctricas
La lluvia que se presentó entre el viernes y domingo sirvió para recuperar el caudal de los ríos y por eso mejoró, aunque poco, la generación hidroeléctrica.
El río Paute, que la última semana tenía caudales que no llegaban a 40 metros cúbicos por segundo, alcanzó este lunes 97 metros cúbicos por segundo.
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La crecida permitió que el embalse de Mazar tenga 2 118 metros, dos más del mínimo, que es 2 116 metros, en el que se estuvo más de una semana.
El caudal del río Paute volvió a bajar, lo que no permite que las hidroeléctricas Mazar y Molino generen electricidad en condiciones normales.
En Coca Codo Sinclair, el río Coca no aumentó lo suficiente, pese a las lluvias. Actualmente, está en 206 metros cúbicos por segundo y la hidroeléctrica requiere al menos 222 metros cúbicos por segundo para operar.
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En Tungurahua las lluvias sí permitieron que el río Pastaza aumente su caudal: bordea 80 metros cúbicos por segundo, aunque debería tener 120 metros cúbicos por segundo para que Agoyán y San Francisco funcionen a plena capacidad.