Las hidroeléctricas de Paute están fuera de operación debido a la falta de agua
Las hidroeléctricas del Paute están apagadas y sin ellas se redujo el 30% la disponibilidad de electricidad del país.
La falta de agua llevó a esas plantas a su punto crítico y obligó a las autoridades a sacarlas de operación para buscar que sus embalses se recuperen.
El sábado el embalse de Mazar llegó a su mínimo de operación en 1 116 metros sobre el nivel del mar. La decisión fue cerrar las compuertas, apagar la hidroeléctrica y tratar de que el embalse crezca. Este lunes se había recuperado un metro y se ubicó en los 1 117 metros sobre el nivel del mar.
Lo mismo sucedió 20 kilómetros aguas abajo, en el embalse de Amaluza que el sábado bajó a 1 981 metros sobre el nivel del mar, todavía seis metros por encima de su nivel mínimo. La hidroeléctrica Paute Molino también fue apagada y con ello se logró que ese embalse este lunes alcance los 1 982 metros.
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Con las compuertas de las dos hidroeléctricas cerradas no llegó agua a Sopladora, que es la tercera central del Paute, que también fue apagada porque depende del agua del embalse de Amaluza.
Las tres hidroeléctricas son capaces de generar 1 700 megavatios de electricidad y conforman el complejo generador más grande del país. El CENACE analiza el comportamiento del río Paute, pero decidió que las tres centrales se mantengan apagadas este lunes
Por eso el 70% de la hidroelectricidad del país de este lunes proviene de Coca Codo Sinclair en el río Coca, además de Agoyan y San Francisco en el Pastaza.
Las lluvias de los últimos días mejoraron la condición del río Coca, cuyo caudal subió a 222 metros cúbicos por segundo, que es el mínimo que requiere Coca Codo Sinclair para operar en óptimas condiciones. Así, esa planta llegará a generar 900 de los 1 500 megavatios que es capaz de producir.
El caudal del río Pastaza sigue bajo, es de 65 metros cúbicos por segundo, apenas por encima del 50% de lo que debería tener. Con ese nivel, Agoyán y San Francisco funcionan al 38% de su capacidad.