Eliminar el examen de la Senescyt ¿acierto o error?
La decisión del presidente Guillermo Lasso, de eliminar el examen de ingreso a las universidades, ha generado la reacción de varios sectores de la academia que cuestionan la medida; desde el Gobierno, confían que esto garantiza la autonomía universitaria.
El pasado 14 de julio de 2022, desde la Escuela Politécnica del Litoral (Espol), el Primer Mandatario anunció la eliminación del examen Transformar, que rendían los bachilleres para ingresar a las universidades públicas. La responsabilidad de establecer los mecanismos recae ahora sobre cada universidad.
En el debate de Ecuavisa Space, de este martes 19 de julio de 2022, el exsecretario de Educación Superior, durante el periodo de Lenín Moreno, Augusto Barrera, cuestionó que la eliminación de la prueba no significa un aumento de cupos y que esto puede confundir a los jóvenes.
A su criterio, la medida se tomó con carácter político y para fortalecer la imagen del Presidente, después de un paro que le debilitó, puesto que se trata de una promesa de campaña que concreta.
La solución que encuentra Barrera para lograr que los jóvenes accedan a un cupo universitario es invertir en la educación superior para lograr generar más espacios.
El científico y académico Inty Grønneberg coincide con Barrera y amplía la problemática a otros escenarios de la historia ecuatoriana en los que los jóvenes también exigían el libre ingreso a las universidades.
Insiste en que no se puede solucionar con una prueba por cada universidad porque los jóvenes tampoco tienen los recursos necesarios para prepararse a diferentes metodologías de evaluaciones.
Para Grønneberg, la única manera de lograr una movilidad social es garantizando el acceso a la educación superior, por lo que esta medida no ayuda a concretar esa responsabilidad del Gobierno.
Pablo Beltrán, presidente del Consejo de Educación Superior (CES), en cambio defiende la decisión del Gobierno e insiste en que la medida permite garantizar la autonomía uiversitaria.
En su análisis, explica que el 18% de lo estudiantes dejan sus estudios en el primer año, dice que eso representa un gasto de recursos para el Estado.
"El próximo año, cuando tengamos las estadísticas de las matriculas, veremos efectos positivos. Debido a que veremos que los estudiante se quedarán en su provincia”, indica Beltrán.