Cuerpo de Bomberos de Manabí pide intervención urgente del Gobierno
Bahía de Caráquez, cabecera del cantón Sucre, en Manabí fue una de las poblaciones más afectadas por el terremoto de 2016. Hasta estos días se ven rezagos del desastre y su Cuerpo de Bomberos es muestra de aquello.
Paredes no solo cuarteadas, sino con grandes huecos, instalaciones eléctricas colgando, mientras su personal trabaja en medio de todo este peligro. Su planta alta funciona en parte como bodega, hay varillas, materiales de construcción y mobiliario abandonado.
Ricardo Ordóñez es el jefe de esta entidad y además representa a todos los bomberos de Manabí. Comenta que se ha cansado de esperar por recursos prometidos para la rehabilitación de este edificio, por lo que junto a su equipo ha decidido sacar de su propio bolsillo. 6 años después, este Cuerpo de Bomberos y otros de Manabí siguen sin respuestas.
De acuerdo al Ministerio de Transporte y Obras Públicas, entidad encargada de los recursos de la reconstrucción luego del terremoto, 8 cuerpos de bomberos se encuentran en la lista de espera para recibir asignaciones: Pedernales, Jama, Chone, Flavio Alfaro, Sucre, Tosagua, Portoviejo y Puerto López son parte del listado. En total se necesitan 8,9 millones de dólares para estas entidades.
Algunos de estos recursos venían de un crédito otorgado por el Banco Europeo de Inversiones. Sin embargo, Fanny Arias, subsecretaria zonal del MTOP, detalla que aún no han podido recibirlos, por lo que existe un riesgo de que hasta noviembre de este año, las asignaciones se pierdan.
Y mientras tanto, los bomberos del cantón Rocafuerte han estado alojados en una vieja escuela desde el terremoto.
Aquí la urgencia no es solo por unas instalaciones más decentes, sino también por equipamiento para su personal. Las emergencias más recurrentes tienen que ver con incendios forestales, pero no tienen implementos necesarios para estos eventos.
Además, cuentan con dos vehículos: uno de 1969 y otro donado durante el mandato de Jamil Mahuad en 1998.
Su titular explica que no ha habido respuestas ante los reiterados pedidos.
Estas son las urgencias de estos rescatistas que no han sido atendidas luego de varios años y que ahora corren con el tiempo en contra ante el riesgo de que los recursos se pierdan.