Cuenca soporta la peor sequía de los últimos 60 años, con sus cuatro ríos en estado crítico

Este fin de semana, los caudales de los cuatro ríos que la rodean cayeron a su nivel más crítico. Con esta situación, Cuenca soporta la peor sequía de los últimos 60 años en la provincia de Azuay.

Televistazo visitó los afluentes y en su recorrido constató que donde corría agua ahora solo hay maleza en medio de las rocas.

Rigoberto Guerrero, el técnico de la Empresa Municipal de Agua Potable (Etapa), que monitorea el fenómeno, aseguró que los ríos entraron en terapia intensiva en medio de las altas temperaturas que en algunas ocasiones superan los 30 grados y provocan que el agua se evapore.

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"Para poder salir de la sequía, la ciudad necesita que llueva al menos entre 10 días o 15 días continuos. Para los siguientes días el pronóstico no es alentador", comentó el funcionario

El río más afectado por el estiaje es elTomebamba donde la regla metálica que mide los niveles del caudal quedó descubierta, y aunque parece el primer indicador de la sequía, a 100 metros de ese sitio, un pez muerto estaba encima de una piedra.

El sábado 31 de agosto, el Tomebamba llegó a su momento más grave de la crisis. Le queda poca agua y se puede caminar, pues con los niveles normales del caudal, la gente que se para entre las piedas estaría dos metros bajo el agua.

Ya son 51 días de sequía hidrológica que afecta la distribución de agua potable para las comunidades de la parte alta de la parroquia Baños, Turi, El Valle y Santa Ana, donde se ubica el barrio La Dolorosa.

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Ahí sus mil habitantes reciben el servicio por tanqueros, pues como consecuencia del estiaje, tampoco hay la suficiente presión para dotar del líquido a esos sectores.

"No puedo lavar la ropa. Tenemos que cuidar súper el agua. Hay compañeros ganaderos que ya no tienen hierba, porque no hay riego", reveló Jennifer Zumba, habitante de la zona.

Las familias se quedan sin agua durante ocho horas al día y tienen problemas para mantener sus cultivos que tienen detrás de sus casas. María Encalada es una de las perjudicadas porque perdió las arverjas que sembró.

"Hay que esperar que llueva. Este año ha estado peor que nunca. Los cultivos mueren"; afirmó.

En Cuenca, cada habitante consume un promedio de 200 litros por día, el doble de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) por eso las autoridades municipales han pedido que los usuarios reduzcan el consumo, porque cada día que pasa, la planta de agua potable cada vez redistribuye menos como consecuencia de la sequía.