Crisis energética | El Gobierno amplió los apagones para evitar el colapso del sistema de generación de Paute
El Gobierno Nacional ha decidido extender los horarios de racionamiento eléctrico para evitar un colapso en el sistema de generación de Paute (Azuay), uno de los principales complejos hidroeléctricos del país. Esta medida responde a las condiciones hidrológicas desfavorables que han afectado la disponibilidad de agua en los embalses. La extensión de los apagones, ahora de 14 horas diarias, pretende mitigar la falta de capacidad de las centrales hidroeléctricas y aliviar la presión sobre el sistema.
El compromiso inicial de la Administración de Daniel Noboa fue reducir las horas de apagones semanalmente, buscando llegar a un máximo de cuatro horas diarias. Sin embargo, la falta de lluvias ha hecho imposible cumplir con esa meta. Los embalses de Paute, en especial el de Mazar, muestran niveles preocupantes de agua, lo cual dificulta la generación y obliga a ajustes de emergencia en el cronograma de cortes. La situación se ha vuelto crítica y plantea el riesgo de que el país enfrente apagones más extensos si las condiciones no mejoran.
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El embalse de Mazar llegó a un nivel alarmante de 1 110 metros sobre el nivel del mar, considerado por el Operador Nacional de Electricidad (Cenace) como un límite de riesgo. Alcanzar esta cota implica que, de superarse, el control de Mazar y su central hidroeléctrica podría perderse. Ante esta situación, el Gobierno decidió ampliar los apagones de 8 a 14 horas diarias para asegurar un ahorro adicional de 500 megavatios diarios, necesario para estabilizar los niveles del embalse y proteger la infraestructura de generación.
A las 07:00 de este viernes 25 de octubre, Mazar fue apagada para iniciar un proceso gradual de recuperación en su embalse. Las centrales situadas más abajo en el río Paute, Molino y Sopladora, también fueron apagadas dos horas después, a las 09:00, para darles un respiro y permitir que sus embalses alcancen niveles de agua seguros. Estas acciones de emergencia buscan evitar un colapso mayor, aunque también significan un impacto directo en la disponibilidad de electricidad para los ciudadanos.
El Ejecutivo evitó a último momento la necesidad de drenar el agua restante del embalse de Mazar hacia el embalse de Amaluza, perteneciente a la central Molino. Si bien esta maniobra podría haber aportado temporalmente, habría puesto en riesgo de agotamiento al embalse de Molino, especialmente si las lluvias no llegan pronto a la cuenca del río Paute.
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Con los horarios de apagones ampliados, el país ha logrado reducir su consumo eléctrico en unos 1 800 megavatios. Este ajuste se considera indispensable, dado que las hidroeléctricas del país operan apenas al 30 % de su capacidad por la falta de agua, y las termoeléctricas, que actualmente producen solo 1 000 megavatios, no logran cubrir la demanda. En tanto no haya un cambio favorable en las condiciones climáticas, la ciudadanía deberá enfrentar una situación de racionamiento extendido.
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— Ecuavisa Noticias (@EcuavisaInforma) October 25, 2024