¿Cómo son los despachos de políticos y catedráticos del Ecuador?
Gustavo Baroja, Ramiro Aguilar y Enrique Ayala abrieron las puertas de sus particulares oficinas.
Desde peluches hasta invalorables obras de arte esconden las oficinas privadas de los personajes públicos que se mueven entre la política, la administración y la academia. En esta nota el prefecto de Pichincha, Gustavo Baroja, el legislador Ramiro Aguilar y el rector de la Universidad Andina, Enrique Ayala, revelan sus secretos y escondites.
Con la reelección de Baroja, no solo le vuelve a esperar una imagen de la virgen de Quito pintada en óleo, sino también Patricia Sánchez, quien es jefa de despacho desde hace 13 años. La trajo el entonces prefecto Ramiro González.
En el escritorio del prefecto hay de todo, incluso peluches, figuras del 'Che' Guevara y Eloy Alfaro, emblemas del equipo Deportivo Quito, velas, caramelos y papeles. Para las visitas tiene una cómoda antesala dominada por las figuras de Simón Bolívar, don Quijote y Sancho Panza, además de una copia de la Virgen de El Quinche cuyo original desapareció con el ex-prefecto, Rafael Reyes.
Mientras que en la universidad Andina, su rector Enrique Ayala prefiere la oficina de Ana María Canelos, su asistente desde hace varios años. Dice que así gana agilidad.
Su despacho también tiene un área para las visitas. Está rodeado de cuadros, artesanías y flores andinas, adornos que se suceden ante su escritorio donde se aprecian antiguas pipas y libros.
Tiene cuadros de Eloy Alfaro y Salvador Allende regalados por Guayasamín y Villota. Ayala explica que armonizan con su pensamiento socialista, por lo que no tiene autoretratos ni fotografías suyas: “No la encontrará, yo estoy por socialista fuera del culto a la personalidad”.
En los accesos a la oficina de Ayala cuelgan otros tapices y pinturas como las renombradas Vírgenes de Perugachi.
En otro sitio de la ciudad, el despacho particular del asambleísta Ramiro Aguilar no le pide favor a ninguna galería nacional o extranjera. Presenta una colección de grabados originales de Picasso y pinturas del renombrado Monsalve. Incluye un enorme retrato de Salvador Allende hecho a pedido del propio Aguilar.
“Uno de los retratos más expresivos del presidente en un formato que probablemente sea muy raro en América Latina, no sé si en Chile hay un formato del presidente Allende de este magnitud y con esa fuerza”, comenta sobre el retrato.
Se suman delicados desnudos en pastel, una bailarina retratada con sanguina, obras de Kingman y de varios cotizados artistas se hacen presentes en esta oficina. Pero destacan los cuadros de Monsalve.
Las oficinas privadas de los personajes públicos son así, una caja de sorpresas que aunque evidentes, pocos las ven cuando van por ahí.