Cierre de vía Panamericana ocasiona pérdidas en comercio y transporte
Los comerciantes piden ayuda al Gobierno hasta que se termine la reconstrucción de la vía.
La parroquia de Guayllabamba, a 18 kilómetros de Quito, sufre los impactos del cierre de la vía Panamericana. Las pérdidas en esa parroquia son a todo nivel y podrían empeorar durante los cinco o seis meses que la carretera estaría cerrada.
Normalmente la vía está llena de vehículos y a sus lados, el comercio aprovecha el flujo de visitantes. Ahora el panorama es distinto. Solo moradores de la población recorren las calles y muchos negocios están cerrados.
Luisa Suasnavas, representante de la Asociación de Vendedoras de Guayllabamba, pide que las autoridades les den una solución para sacar sus productos: “Nosotros como asociación, como organización pedimos que por favor nos den un lugarcito a donde salir a vender las chirimoyas”.
María Quintero tiene más de 40 años con su pequeño puesto de comidas. En semanas normales vende cerca de 1.000 libras de carne, pero la semana pasada perdió $600 y ahora solo compra una bandeja de carne para sacar a la venta. Ella estuvo en la visita que la ministra de Transporte, Paola Carvajal, hizo el sábado para buscar vías alternas y plantear alternativas, pero ahora está decepcionada.
“Vino la señora ministra pero no nos dio ni la cara, dijo que iba a haber otras vías alternas, pero en ningún lado, ni se asomó, ni volvió, nos dejó como se dice 'ahí parados'”, comenta Quintero.
Al igual que en la comida, las pérdidas son en el sector del transporte y en el comercio de todo tipo. Un pasaje que hasta a Quito costaba $0,80, ahora cuesta $1,50, lo que también encarece los productos y hace que el turismo no llegue.
Ante esta realidad, la Junta Parroquial también solicita soluciones al Gobierno. Loren Narváez, vicepresidenta de la Junta, dijo que la población exige que en un plazo mucho más corto se habilite parcialmente la vía Panamericana y que mientras eso ocurra, exista una ayuda adicional a la población.
“Subsidiándonos, nos decían era una de las posibilidades, por lo menos luz, agua, que eso se sigue consumiendo todos los días, de una manera nos tiene que ayudar el Gobierno”, indica Narváez.
Los más de 16.000 habitantes de Guayllabamba esperan respuestas de las autoridades para minimizar sus pérdidas.