Las cascadas que nacen del río Pita, en el Valle de los Chillos, son una opción para este feriado
Los paisajes formados por las erupciones del Cotopaxi son únicos. De los deshielos del imponente volcán y de su vecino, el Sincholagua, nace el río Pita, cuyas aguas toman fuerza en las pendientes del pedregal y se precipitan por un estrecho cañón en el que se forman más de 20 cascadas.
La primera es la Cascada de Fuego, a 3 403 metros de altura. Se llega tras una caminata de 20 minutos que no representa mayor dificultad. Es un imponente salto de más de 50 metros de altura que aterriza en una piscina de aguas tranquilas que recorren un corto tramo solo para provocar otro salto de unos diez metros. Una de las particularidades de esta cascada es su balcón, lugar ideal para tomarse fotos inolvidables.
Aguas abajo está la joya más preciada de este río. Es Cóndor Machay, la cascada más alta del Pita de 85 metros. Está en la reserva que lleva su nombre, administrada por el Municipio de Rumiñahui. Para llegar hay que caminar algo más de una hora por un sendero bien mantenido y apto para cualquier visitante.
LEA: Tres provincias de Ecuador albergan la Reserva Ecológica Los Ilinizas
Junto a esa reserva está Vilatuña, otra área protegida aguas abajo. En ella los visitantes se pueden adentrar en un estrecho cañón de paredes rocosas que en algunos tramos alcanzan más de 100 metros de altura.
En el sendero de casi dos kilómetros siempre se escucha el río. Es el lugar ideal para admirar 26 especies de aves y la flora nativa de las partes más altas y húmedas de los Andes.
LEA: Los esfuerzos para proteger el Antisana se intensifican por la acelerada pérdida de sus glaciares
Cascada Virgen de Piedra
La primera cascada es la Virgen de la Piedra, no es un salto de gran altura, pero su belleza es particular por el manto blanco que por un largo trecho concentra el agua que se precipita una y otra vez sobre las rocas. Se puede admirar desde el centro del primero de cinco puentes colgantes que cruzan el Pita y son parte del sendero ecológico.
La caminata cambia, plantea retos como escaleras fijadas a las rocas, descensos y subidas siempre al pie de acantilados. Un pequeño desvío y aparece la Cascada Sueño de Novia. Desde unos 50 metros se aprecia en toda su magnitud, así como la pared vertical de roca que a su lado sirve para la práctica de la escalada.
LEA: El Morro, un paraíso natural que combina la belleza del manglar con el avistamiento de pájaros
Cascada Caminos de Rumipamba
Y casi al final del recorrido aparece la cascada Caminos de Rumipamba.
A cada paso hay una nueva planta que ver, un ave que con su vuelo sorprende y un nuevo paisaje que disfrutar.
Es solo una muestra de la aventura de adentrarse en el río Pita que tiene muchas más cascadas tanto en espacios públicos como en centros de recreación privados a lo largo de 20 kilómetros.
LEA: Los comuneros realizan reforestación de manglares en la Isla de Puná