Los apagones también pueden generar problemas en la salud
Los apagones no solo han ocurrido en horarios por fuera de lo anunciado, también se han extendido. Por ejemplo, en Latacunga han sido de hasta 12 horas y en casas y restaurantes no hay refrigeradora o congelador que pueda mantener una baja temperatura.
"Se nos dañan productos cárnicos, productos lácteos", menciona Juan Velásquez, propietario de restaurante.
Picanterías y marisquerías han perdido pescados, camarones y otros productos que necesitan refrigeración. Así ha ocurrido en Naranjal, donde los apagones han superado las 48 horas y en ciertos sectores se generaron protestas.
Carlos Díaz, habitante de ese cantón, dijo que en su local perdió varios productos porque los congeladores no soportaron el tiempo de la desconexión.
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La historia se repite en Pastaza con cortes de siete horas al igual que en Morona Santiago y en Ambato que han sido de hasta ocho horas.
Pero no mantener una cadena de frío en alimentos no solo afecta las ventas, también puede comprometer la salud. Así lo señalan especialistas ya que la carne de res o de pollo empiezan a deteriorarse aunque luego se vuelvan a congelar.
"Es un temperatura optima para que ciertos microorganismo pueden crecer en una taza mayor", explica Jonathan Coronel, del programa de alimentos de la Espol.
Las enfermedades gastrointestinales son a las que se exponen quienes consumen estos alimentos. Los vegetales y frutas tienen repercusiones, pues se degradan rápidamente al no estar refrigerados, aún más en la Costa que está afectada por un aumento de temperaturas.
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Jhon Cuenca, clínico intensivista, dice que pasadas las cuatro horas de la perdida de refrigeración genera que ciertos alimentos pierdan incluso minerales y vitaminas.
Los productos lácteos muestran alteraciones en su color, textura y sabor luego de dos horas sin refrigerarse y se pueden echar a perder, provocando intoxicación alimentaria a quienes los consuman.
En este marco, los especialistas recomiendan que las refrigeradoras y congeladores no se abran durante los apagones, que se compren alimentos para máximo dos días de consumo, se priorice la adquisición de productos sellados al vació que duren más y se deseche aquellos que hayan sido expuestos a tiempos prolongados sin refrigeración.
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