Acelerada erosión del río Coca amenaza las instalaciones de la hidroeléctrica
Cuatro años después de su inauguración, un fenómeno natural amenaza la infraestructura.
La acelerada erosión del río Coca alerta a las autoridades, pues podría destruir la captación de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, ubicada en el sector de El Salado, entre las provincias de Napo y Sucumbíos. la más importante del Ecuador.
Cuatro años después de su inauguración, un fenómeno natural amenaza esta infraestructura, ante la acelerada e incontenible erosión del río Coca que ya está a solo 17 kilómetros.
Este se remonta a lo ocurrido en el sector de San Rafael, en donde había una cascada del mismo nombre. Con 150 metros, era la más alta del país. El 2 de febrero de este año asombrosamente la cascada despareció.
El agua del río se filtró y siguió su cauce por debajo de un arco natural que se formó con la erosión.
Para entonces, las inquietudes y preguntas sobre la desaparición de la cascada se limitaron a los sectores turístico y ambiental. Pero ahora, es un tema de preocupación y alerta nacional.
El pasado siete de abril la erosión del río Coca destruyó las tuberías del SOTE y OCP. Hace quince días ocurrió un socavón y este fin de semana un equipo de Ecuavisa constató que el hueco avanzó cerca de 500 metros.
La Corporación Eléctrica del Ecuador (CELEC) realiza estudios geológicos para determinar el origen y alcance de la erosión, que a la velocidad que avanza, de un kilómetro por mes, podría destruir la captación de la hidroeléctrica en poco más de un año.
La CELEC realizará obras de estabilización del cauce del río, que en esta época del año es más torrentoso por la temporada de lluvia en la Amazonía.
La alarma en el sector eléctrico se encendió y sus autoridades tomaron en serio la amenaza de este impredecible fenómeno natural, que puede acelerarse o detenerse.
Por ahora, el misterioso hundimiento no para y destruye todo a su paso.
La vía que conecta a Quito con las provincias petroleras de Sucumbíos y Orellana está a menos de 90 metros de perderse por el socavón día a día en la ribera del río, pero eso no es todo pues el río amenaza nuevamente a los oleoductos transecuatoriano y de crudos pesados.