Crédito directo: ¿cuáles son los riesgos y las recomendaciones?
En esta temporada se deben seguir algunos consejos al momento de adquirir una deuda.
Pese a la pandemia del coronavirus que aún nos afecta, los ecuatorianos intentan retomar poco a pocos su vida, aunque en una normalidad donde deben primar las medidas de protección para evitar contagios. Las compras en fechas especiales como el Black Friday o la Navidad reviven, de alguna manera, la oportunidad de sentir que el tren de la vida vuelve a sus rieles.
El sector comercial ha sido uno de los más afectados por la ola mundial del COVID-19; por eso, fija sus expectativas en las compras de esta temporada. Una de las opciones que tiene el cliente para adquirir bienes en esta época es el crédito directo; es decir, que los almacenes “lo hacen directamente con el consumidor final del bien o servicio, sin la necesidad de que una entidad financiera intervenga en este proceso”, explica Francisco Nazati, jefe de Banca Personas de Banco ProCredit, quien señala que “esta figura lleva consigo algunos riesgos”.
En buen romance, cuando se compró más de lo que se puede pagar. “Esto ocurre porque, previo al otorgamiento de un crédito directo, los comercios usualmente no analizan la capacidad de pago del comprador, por tanto, podemos en algún momento llegar a tener varias cuotas que comprometan nuestros ingresos”, indica. Pocas personas son conscientes de que, aunque las cuotas que plantean estos créditos aparenten ser pequeñas, se termina pagando 2 o 3 veces más del valor del bien adquirido.
La central de riesgo clasifica a las personas según la probabilidad de impago. En caso de sobreendeudamiento y ante la falta de pago puntual de los créditos, el historial crediticio del deudor se ve afectado en la mencionada central. Esto podría ocasionar que, a futuro, si la persona pide un crédito por un monto mayo, esta solicitud sea rechazada.
Hay que tener presente que si no se lleva un adecuado control de los gastos y se cae en excesos durante estos últimos meses de 2020, se puede herir la salud financiera de la familia, generando complicaciones económicas.
Entonces, ¿qué recomendaciones debemos tomar en cuenta?
Desde la óptica de la salud financiera, este tipo de créditos no se deberían utilizar ya que las personas terminan pagando muchísimo más del valor inicial del bien, explica. Lo más recomendable es ahorrar por 6 a 12 meses y comprar el mismo bien sin deuda.
Algo primordial es hacer un presupuesto de los gastos para la temporada de Navidad y fin de año. Y aquí, algo básico: prestar atención a los ingresos que vamos a tener. Esto apunta a no pasarse de los gastos de los ingresos del mes y comprar lo que es realmente indispensable.
La recomendación siempre será gastar solo el dinero disponible y evitar los excesos e intereses. En esta época y por la coyuntura que vivimos, es conveniente el uso de transferencias directas o pagos con tarjeta de débito.
En caso de utilizar la tarjeta de crédito, hágalo de la manera adecuada con el objetivo de que sea una ayuda para amortiguar gastos a futuro.
“Una vez que determine que es necesario adquirirlo (el bien), debe revisar los ingresos y gastos que tiene en el mes; si estos están al límite, no es conveniente endeudarse, sino más bien terminar de pagar ciertas deudas”, sugiere el experto.
Lo conveniente sería precancelar o hacer abonos mayores a la cuota planteada para que la obligación termine mucho más rápido y se paguen menos interés.