Las diferencias entre en la “Annabelle” de verdad y la muñeca del filme
Comenzando por su real apariencia, la historia de esta terrorífica muñeca es muy diferente.
Es cierto que Hollywood se toma algunas libertades para darle condimento a las películas que están basadas en la vida real, por lo que Annabelle no podía ser la excepción, pero ¿será a caso más terrorífica la verdadera historia?
El primer ejemplo de estas diferencias es la muñeca en sí, ya que la real es de trapo Raggedy Ann, un personaje creado por Johnny Gruelle en 1918, mientras que la que nos mostraron en la película, dirigida por John R. Leonetti, es de porcelana y con un atuendo que desde que la ves te asusta.
Annabelle fue "atrapada" por Ed y Lorraine Warren en los años 70, cuando Donna, una estudiante de enfermería, los llamó para que investigaran la razón por la que la muñeca, que su madre le regaló, se movía de un lugar a otro en el departamento que compartía con su amiga Angie.
Otra diferencia es que Annabelle Higgins era una niña de 7 años al momento de su muerte, mientras que en la película era una joven de suficiente edad como para escapar de su hogar y vivir con integrantes de una secta.
Por otro lado, en el caso real, Annabelle les dijo a los Warren, mediante una médium que lo único que buscaba era que la adoptaran y la quisieran, pero pronto se darían cuenta que todo era una treta para que no la destruyeran.
El siguiente hecho paranormal que la verdadera Annabelle causó fue a uno de los amigos de Donna y Angie, quien insistía en que se deshicieran de ella, por lo que mientras dormía fue atacado por la muñeca hasta casi matarlo.
Cuando el amigo finalmente las convenció de destruir a Annabelle, ella le hizo una marca que lo hizo sangrar, algo que ya no pudieron soportar los tres jóvenes quienes inmediatamente llamaron a los Warren para que se la llevaran.
Después de una investigación exhaustiva, los Warren llegaron a la conclusión de que Annabelle no estaba poseída por la niña Higgins (otra cosa que no se menciona en la cinta), sino por un demonio, por lo que fue necesario un exorcismo que realizó un sacerdote con ayuda del matrimonio.
Cuando los Warren se llevaron finalmente a Annabelle a su su casa en Monroe, Connecticut, donde tiempo después formarían el Museo del Ocultismo, la muñeca también hizo de las suyas, ya que dos personas que se burlaron de ella murieron en un fatal accidente automovilístico, mientras que un sacerdote que la amenazó casi muere de la misma forma.
Actualmente Annabelle permanece en una vitrina de este Museo de los Warren y cada tiempo determinado recibe la visita de un sacerdote de la comunidad para que la mantenga controlada con agua bendita.