El delicado proceso de encontrar y destruir minas
El año 2017 es la meta en la que Ecuador espera tener su territorio libre de minas.
Ecuavisa estuvo en el campamento Sánchez Racho, uno de los lugares donde se peleó la última guerra entre Ecuador y Perú.
Sólo en este sitio hasta ahora se ha encontrado 450 minas antipersonales.
El equipo de los desminadores está listo, tiene todas las seguridades: para empezar que el cielo esté despejado, en caso de un accidente, el helicóptero es la única vía de escape para salir de allí.
La zona está delimitada como área peligrosa. Los detectores han sido calibrados y comienza la lenta búsqueda. Una búsqueda también costosa. Sembrar una mina cuesta unos 10 dólares, quitarla unos mil dólares.
Una mina es del tamaño de una mano puede matar a una persona, y si llega a sobrevivir puede causar serias lesiones.
Después de la guerra ocho personas han muerto por minas antipersonales, y 45 militares quedaron con algún tipo de discapacidad.
Ahora el procedimiento les exige, por ejemplo que en un suelo tan inestable como el de la montaña, las minas sean destruidas con explosivos en sitios seguros.
En las cumbres de la Cordillera del Cóndor, los hitos finalmente delimitan el territorio. De un lado está Perú y del otro Ecuador. Puede parecer que así se resuelve un conflicto por más de un siglo, pero la paz para ambos países no la tendrán hasta que no haya minas en sus territorios.
El 2017 es la fecha tope para alcanzar ese objetivo.
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