Colombia: trece vallenatos esenciales que hay que conocer ahora que son patrimonio de la humanidad

Aunque no se sabe a cierta ciencia cuándo nació, se estima que el vallenato data de hace al menos un siglo.
01 dic 2015 , 06:56
Redacción

El acordeón es uno de los tres instrumentos característicos del género.

 

No hay una noción clara de cuándo nació el vallenato. Sus orígenes podrían rastrearse hacia más de un siglo atrás, a la provincia colombiana que se conocía como y que hoy está dividida en los departamentos de Bolívar, Atlántico y Magdalena. Esa es, junto con Guajira y Cesar, la cuna original del vallenato.

 

 

Nació como un cantar de juglares, en el que pastores y campesinos de la región iban cantando canciones y llevando noticias, recados, mensajes cantados de un lado a otro, en esa gran y relativamente aislada zona de Colombia. Así estos juglares se fueron dando a conocer y se fueron volviendo famosos y dándole nacimiento al vallenato.

 

Las parrandas vallenatas pueden durar días.

 

En Valledupar, capital del Cesar, cada abril desde 1967 se celebra

 

 

Y hay leyenda, justamente. La del gran primer juglar, Francisco El Hombre, que incluso aparece en Cien Años de Soledad, de Gabriel García Márquez (una obra de la que siempre se ha dicho que es una gran canción de vallenato, de 350-400 páginas).

 

 

Para los juglares que viajaban de un pueblo a otro era ideal, por su tamaño pequeñito, fácil de portar.

 

En los instrumentos utilizados en el vallenato pueden identificarse raíces indígenas, africanas y europeas.

 

 

Además del acordeón,, que están sin duda en deuda con la tradición española

 

, un tamborcito pequeñito, también fácil de transportar. que es como una raspa que se hace de una caña local de la costa del Caribe.

 

Se dice que Cien Años de Soledad, de García Márquez, puede pensarse como un largo vallenato.

 

 

La máxima expresión del vallenato es la parranda vallenata, que puede durar dos o tres días, con grupos musicales que se turnan para que la música no pare.

 

(no hay que confundir son y merengue con el son cubano y el merengue dominicano). Y son totalmente distintos uno de otros.

 

El paseo es como el rey de los aires vallenatos. El 90% por ciento de los vallenatos que suenan en la calle son paseo.

 

Y vaya que suena el vallenato: la lista de canciones de este género es virtualmente interminable y crece todos los días.

 

Pero,

 

 

 

Es la historia de un mítico duelo entre dos acordeoneros. Emiliano (patriarca de una dinastía de intérpretes y compositores), quien compone la canción y su rival Lorenzo Morales o "Moralitos". Según Zuleta, a "Moralitos" le cayó "la gota fría" (es decir se asustó, quedó atónito) cuando lo oyó tocar, dada su superioridad en la ejecución del acordeón. Fueron rivales mucho tiempo, ¡aunque al final de sus vidas se volvieron amigos! Carlos Vives hizo de este gran clásico una de sus mejores canciones, en versión moderna lanzada a mediados de los 90.

 

 

 

Juancho fue un parrandero legendario, bohemio inspirado, compositor de grandes melodías con letras enigmáticas y erráticas. Esta canción narra un episodio trágico en su vida: su mujer se enfermó y mandó a Juancho a que le buscara medicamentos en el pueblo vecino. Juancho partió pero se "emparrandó" y regresó días más tarde, luego de la rumba, con las tales medicinas... su mujer murió durante su ausencia, de modo que Juancho, cuenta la leyenda, salió enseguida al cementerio y allí mismo le compuso esta canción, doliéndose por su pérdida. La versión más tradicional la ejecuta Alejo Durán.

 

 

 

 

 

Ninguna antología vallenata podría estar completa sin una canción de Escalona, quizás el más grande compositor vallenato de todos los tiempos, cuyas canciones pasaron a ser "colombianas", es decir nacionales, y no simplemente de la región vallenata. En esta canción, una de las más famosas, habla de hacerle una casa en el aire a su hija, para que nadie la venga a visitar. Así de celoso era, pero no hay que tomárselo al pie de la letra: en realidad refleja el sentido picaresco del vallenato tradicional. Existe una versión tradicional, en guitarras, a cargo del grupo "Bovea y sus Vallenatos".

 

 

 

 

Ciego de nacimiento, Díaz fue un compositor de gran sensibilidad, dueño de hermosas melodías y gran uso de los versos. En esta composición, una de sus más célebres, le rinde homenaje a una mujer que le cautivó el corazón, y alcanza a decir: "Cuando Matilde camina, hasta sonríe la sabana".

 

 

 

 

Es el himno de Valledupar, una canción corta de peagajosa melodía y verso juguetón: "Este es el Amor amor, el amor que me divierte, cuando estoy en la parranda, no me acuerdo de la muerte".

 

 

 

 

Esta composición, ganadora a la mejor canción en el Festival Vallenato de 1986, cuenta la historia de un muchacho guajiro que no puede asistir al festival por andar estudiando en la lejana y fría Bogotá. Es un homenaje al espíritu del vallenato, del festival, y de la importancia del folclore en la región. Un vallenato épico y romántico a la vez. La versión tradicional es la del cantante Silvio Brito.

 

 

 

 

Escalona, en ritmo de merengue, saluda a Sara, legendaria comadre de la región, madre del compositor Emiliano Zuleta y de otro gran juglar, Toño Salas.

 

 

 

 

Durán, el primer rey vallenato, coronado en el festival de 1967, es el juglar del vallenato por excelencia. Afrocolombiano de imponente figura, gran sonrisa y ojos picarescos, Durán fue además de gran intérprete un connotado compositor. Fue de los que más contribuyó a difundir el vallenato en los años 60 en Colombia. En esta canción Alejo se queja de que un autobús, marcado con el número 039, se llevó para siempre al amor de su vida. Su propia interpretación es única, pero también vale la pena la versión de un gran grupo vallenato, los "Hermanos Zuleta".

 

 

 

 

 

Este el vallenato épico, clásico por excelencia. En esta canción se exaltan las virtudes de varias generaciones de intérpretes vallenatos, al tiempo que se pinta un retrato de la región. El compositor Huertas, que viene del pueblo de Fonseca, en el departamento de La Guajira, es el cantor, el juglar de una gran tradición. La versión legendaria corre por cuenta de Jorge Oñate, el primer gran cantante vallenato, con los Hermanos López.

 

 

 

 

Típica canción romántica, propia del éxito comercial del vallenato en los 70; para algunos, una edad dorada del vallenato. Daza fue un compositor de grandes melodías.

 

 

 

 

Gutiérrez es posiblemente el mejor compositor de vallenato romántico de todos los tiempos. Sus canciones son todas éxitos comerciales y modelos del género. Esta canción fue uno de los grandes éxitos comerciales de Colombia en la versión del cantante Diomedes Díaz, quizás el mejor cantante que haya dado el vallenato.

 

 

 

 

Morales fue un talentoso compositor e intérprete, trágicamente desaparecido a los 21 años en 2005. Era en su momento el mejor representante de la llamada "Nueva Ola" del vallenato, una versión moderna, en la cual el vallenato usa versiones más libres de sus ritmos, incorporando otros instrumentos y formas musicales.

 

 

 

 

No hay que olvidar el aire de puya, el ritmo más rápido y endemoniado del vallenato. De ejecución casi imposible por la agilidad requerida y por su versos cortos, es una expresión favorita de canciones de contenido juguetón y picaresco, como en esta canción que para muchos, aprovecha referencias del mundo natural para expresar el apetito sexual del compositor.