Tres peligrosas alertas luego del sainete de Wilman Terán

19 jul 2024 , 16:37
Carlos Rojas

1.- Wilman Terán tiene mucho poder en la Asamblea. Cuenta con 47 votos, los de la Revolución Ciudadana, que operaron a su favor y que seguirán haciéndolo en la medida en la que esa agrupación pueda tirar abajo todos los casos que la fiscalía de Diana Salazar ha destapado en cinco años de trabajo. La operación de ese bloque monolítico es tan fuerte que burla, sin ningún problema, la capacidad institucional de la Asamblea y de sus autoridades para legislar sobre principios éticos, más allá de la mera aplicación de reglamentos parlamentarios con los que los asambleístas tapan sus negociaciones más siniestras. Basta ver lo fortalecido que salió Terán del juicio político, donde no obtuvo censura, para que, con gritos y amenazas lograra posponer en la Corte, la audiencia del caso Independencia Judicial.

2.- El correísmo minimiza la narcopolítica. Lo demostraron en el debate del miércoles al apalancar la salvación de Wilman Terán. Basta oír tres intervenciones, las de Pamela Aguirre, Jahiren Noriega y Sofía Espín, para constatar que cualquier atajo o argucia en construcción es buena con tal de salvar a Rafael Correa y Jorge Glas de las condenas impuestas por sus delitos de corrupción. Dicen estar de lado de los pobres y más necesitados, pero todo es cuestión de taparse la nariz y cerrar los ojos para hundir su operación política en el fondo de una piscina con agua estancada.

Resulta paradójico ver cómo la agrupación política más organizada del país es capaz de salvarle la vida política al nexo de los narcos, los políticos y los jueces, sin un solo remordimiento. Lo hicieron con Ronny Aleaga y ahora con Terán. ¿Qué tan fortalecida quedó su red de control a la justicia, ahora que suman un aliado más en la Judicatura con Mario Godoy?

3.- El juego bobo de la oposición. Lamentable papel de Henry Kronfle, justificarse en el purismo reglamentario para entregarle al correísmo, en bandeja de plata, un show trágico donde Wilman Terán dijo lo que le convenía a la Revolución Ciudadana: su arrepentimiento por haber condenado a Correa en el caso sobornos.

¿Kronfle no tiene la fuerza ni la obligación políticas para matizar este argumento? ¿Dejará que todo lo que Terán habló abone a la estrategia de la impunidad? ¿No hay ejercicio de reflexión, de pedagogía con los ciudadanos sobre lo ocurrido, ni siquiera pensando en una candidatura presidencial? ¿Lo suyo es virar la página y ya? A Construye, el juicio político se le salió de las manos. Su genuina intención por censurar a Terán debía haberse calculado sobre la capacidad de poder y control de la Revolución Ciudadana sobre este proceso. ¿En realidad creyeron que la Comisión de Fiscalización operada por esa agrupación iba a proceder bajo argumentos de fortalecimiento institucional o por mero cálculo propio? Y qué decir de la bancada de ADN.

Todos patriotas y revestidos de ética pública votaron por la censura a Terán. Uno de sus aliados, Adrián Castro, incluso, pidió al hemiciclo reflexionar sobre el lastre que arrastrarán en adelante por haberse jugado por el diablo. Lo más triste es que a la vuelta de la esquina, en las oficinas del Cpccs, el Gobierno dio los votos con el correísmo para poner a Mario Godoy en la Judicatura, un personaje cuya probidad ha sido cuestionada.