VIDEO | El rey Carlos III acepta un abrazo grupal con la selección femenina de rugby de Nueva Zelanda
El equipo femenino de rugby de Nueva Zelanda, conocido como las Black Ferns, protagonizó un momento único al sorprender al rey Carlos III durante una recepción oficial en el Palacio de Buckingham.
En lugar de limitarse a los formales saludos protocolares, una de las jugadoras tomó la iniciativa y, con una sonrisa, le preguntó al monarca si aceptaría un abrazo grupal. “¿Un abrazo?”, preguntó el rey Carlos con sorpresa, para luego agregar con una ligera sonrisa: “¿Por qué no?”.
El gesto, aunque inesperado, fue bien recibido por el rey, quien, a sus 75 años, ha mostrado en diversas ocasiones su apertura a romper con algunas de las estrictas normas de la monarquía británica.
La selección de rugby, que está en el Reino Unido para disputar un partido contra las Red Roses de Inglaterra el próximo 14 de septiembre, no ocultó su emoción al poder compartir un momento tan cercano con el monarca. Este tipo de interacción, que se aleja de la rígida etiqueta real, reflejó un lado más humano y accesible del soberano.
La visita de las Black Ferns al Palacio de Buckingham se dio como parte de las actividades previas al esperado enfrentamiento entre Nueva Zelanda e Inglaterra en Londres. Las jugadoras, conscientes del protocolo que rodea a la realeza, decidieron llevar un toque de calidez y cercanía con su gesto.
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Aunque el rey Carlos III enfrenta desafíos de salud recientes, como el diagnóstico de cáncer que recibió, no dudó en aceptar el cariñoso gesto del equipo. Al finalizar el abrazo grupal, una de las jugadoras, que no había logrado unirse al círculo, se acercó al monarca para darle un segundo abrazo.
La escena, difundida por medios como People, se aleja de la imagen tradicional de los royals, donde el contacto físico con figuras públicas es limitado. Este acto espontáneo mostró la energía positiva de las deportistas, quienes, a pesar de estar concentradas en su próximo desafío deportivo, no perdieron la oportunidad de crear un recuerdo con el rey británico.