Unos 300 millones de alumnos, sin clases por el nuevo coronavirus
El temor ante el aumento de casos amenaza la economía mundial.
El nuevo coronavirus dejó sin clases a unos 300 millones de estudiantes en el mundo, provocó el cierre de la Basílica de la Natividad en Belén y llevó a nuevos anuncios de cuarentenas este jueves, en una espiral que preocupa cada vez más al planeta y amenaza la economía mundial.
Italia, principal foco europeo, que superó el miércoles los 100 muertos (3.089 contagiados de los cuales 107 muertos), ha tomado medidas excepcionales: todos los colegios y universidades permanecerán cerrados desde el jueves hasta el 15 de marzo.
Corea del Sur, segundo foco de contagio después de China (5.766 infecciones, incluidas 35 muertes) ha prolongado las vacaciones tres semanas en centros educativos y guarderías.
Entre los últimos países que anunciaron sus primeros fallecimientos están Irak, con tres decesos, y Suiza, donde murió una mujer de 74 años.
Japón impuso el jueves la cuarentena a personas procedentes de China y Corea del Sur.
Por el momento, 36 países han prohibido la entrada a su territorio de personas que lleguen de Corea del Sur, según el ministerio surcoreano de Relaciones Exteriores. En otros 22, se han tomado medidas de cuarentena.
Tokio anunció además que se aplazaba la visita del presidente chino, Xi Jiping, prevista esta primavera (boreal).
En Irán, donde las autoridades informaron el jueves de 15 nuevas muertes (107 en total, 2.922 casos), se cerraron los establecimientos escolares durante un mes, se suspendieron los eventos culturales y deportivos y se redujeron las horas de trabajo en las administraciones.
India también anunció que las escuelas primarias de Nueva Delhi permanecerían cerradas hasta el 31 de marzo.
A causa de la epidemia, al menos 13 países se han visto obligados a cerrar todos los colegios, lo que afecta a más de 290 millones de estudiantes en todo el mundo, según la UNESCO, una "cifra sin precedentes".
La organización de la ONU para la Educación y la Cultura recuerda que hace solo dos semanas, China, donde apareció el virus en diciembre, era el único país que había cerrado los colegios.
La Basílica de la Natividad en Belén, lugar de nacimiento de Jesús según la tradición cristiana, cerrará por precaución tras detectarse casos sospechosos del nuevo coronavirus en ese sector de Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel.
El nuevo coronavirus afecta a todos los continentes, excepto la Antártida, y altera la vida cotidiana en muchos países.
En pocas semanas, se disparó la demanda de mascarillas, gel desinfectante y material de protección en muchos países. Para evitar su escasez, varios países han tomado medidas tajantes.
En Corea del Sur, el primer ministro anunció que se prohibía a partir del viernes la exportación de máscaras y que el personal médico y los efectivos encargados de desinfectar serían prioritarios.
Rusia y Alemania también prohibieron el miércoles la exportación de este tipo de material. Francia por su parte requisó las reservas y la producción de máscaras, y fijó por decreto el precio del gel desinfectante a tres euros (3,3 dólares).
En Australia, el papel higiénico está racionado en algunos supermercados, después de que algunos clientes se abalanzaran para conseguir los últimos ejemplares. De broma, un periódico local publicó el jueves un cuaderno especial de ocho páginas en blanco para utilizarlo con ese fin.
China superó los 3.000 muertos el jueves, con 31 nuevos decesos registrados.
Sin embargo, el país teme ahora nuevos contagios debido a los individuos que regresan del extranjero. Shanghái anunció el jueves que un estudiante chino que volvió de Irán estaba infectado.
El aislamiento al que están sometidos Wuhan y su provincia, el epicentro de la epidemia, desde finales de enero, así como la limitación de los viajes en el país, parecen estar dando resultado, con una tendencia a la baja de nuevas muertes durante las últimas semanas y más de 50.000 personas curadas.
Pero estas medidas drásticas paralizan la economía del gigante asiático y, a su vez, amenazan el crecimiento global.
Víctima colateral del virus, la aerolínea británica Flybe, en una situación delicada desde hace tiempo, anunció el jueves que cesa sus actividades "con efecto inmediato", al verse afectada por una caída brutal del tráfico aéreo en el mundo.
En total, las compañías aéreas mundiales podrían perder hasta 113.000 millones de dólares de ingresos, una crisis "casi sin precedentes", estimó el jueves la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA).
En Estados Unidos, donde se han registrado 11 muertos, California declaró el estado de emergencia y un barco de crucero, el "Grand Princess", con sus 2.500 pasajeros y miembros de la tripulación, quedó retenido frente a las costas californianas tras detectar una veintena de casos sospechosos.
Las previsiones de la Fed vaticinan un crecimiento "modesto" a corto plazo y el Congreso ha aceptado desbloquear más de 8.000 millones de dólares para contener la epidemia.