Las traumáticas experiencias de los que abandonan los Testigos de Jehová y son rechazados por sus familias
Para algunos Testigos de Jehová, dejar su fe no significa solamente abandonar su religión.
En muchos casos, se aconseja a sus amigos y familiares que corten todos los lazos con los excreyentes, con lo cual estos quedan aislados.
"No hablo con ningún miembro de mi familia", le dice Sarah (no es su verdadero nombre) al programa de Victoria Derbyshire de la BBC.
"Debido a que salí de la comunidad, no tengo ningún contacto".
El año pasado Sarah, de 20 años, fue excluida de los Testigos de Jehová en un proceso conocido como "desasociación".
Esto, dice, sucedió cuando se negó a seguir viviendo en una relación abusiva.
Alega que su novio en esa época había sido violento y que en una ocasión la dejó con costillas rotas.
Ir a la policía e involucrar a quienes no pertenecen a la religión es extensamente desalentado por los Testigos de Jehová, afirma.
Y asegura que los ancianos dentro de la fe se rehusaron a castigar la conducta de su expareja.
Cuando sus colegas de trabajo notaron los moretones y la convencieron de que no soportara más abuso, decidió huir de la relación.
Sarah afirma que fue "desasociada" de la religión y que sus amigos y familiares cortaron todos los vínculos con ella.
Esto se debe a que los Testigos de Jehová creen que quienes no pertenecen a la religión pueden perjudicar su fe.
En una declaración, el grupo religioso le dijo a la BBC: "Si un Testigo bautizado tiene la práctica de violar el código moral de la
Biblia y no muestra evidencia de dejar esa práctica, él o ella serán apartados o desasociados".
"En lo que se refiere a apartarlos, los Testigos se instruyen en la Biblia y sobre este tema la Biblia establece claramente: 'Retiren al hombre malvado de entre nosotros'".
La noche que Sarah fue desasociada dice que su madre se negó a hablarle. Su padre despertó a las 7 de la mañana para expulsarla de la casa.
Al responder a los alegatos de Sarah, los Testigos de Jehová indican que aunque no pueden comentar sobre casos individuales, "la violencia, ya sea física o emocional, es fuertemente condenada en la Biblia y no tiene lugar en una familia cristiana".
John (no es su verdadero nombre), se convirtió en Testigo de Jehová cuando era niño cuando sus padres decidieron unirse al grupo religioso.
Pero hace dos años, fue desasociado después de no asistir a un homenaje conmemorativo de los Testigos de Jehová, considerado dentro del grupo como un evento importante.
También había comenzado a tener dudas, en privado, sobre algunas de las enseñanzas de la religión. Cuestionaba la afirmación del grupo de que el fin del mundo es inminente y que sólo 144.000 seres humanos irán al cielo.
Su opinión sobre la religión también quedó manchada después de que uno de sus amigos murió porque no se le dio una transfusión de sangre, que están prohibidas por la fe, que lo habría salvado.
"Fue la pérdida de una vida", afirma.
John asegura que después descubrió que su esposa había testificado en su contra durante el proceso que llevó a su
desasociación, el cual, cree, colocó una enorme presión en su relación.
Dejó la casa familiar y comenzó a vivir temporalmente en tiendas de campaña y caravanas.
"Fue una época de aislamiento. No tenía a nadie. Me sentía suicida", dice.
Ahora ha perdido contacto con sus dos hijos adultos y hermanos.
"A veces les envío un mensaje diciendo: 'los quiero, sigo pensando en ustedes'. Pero a menudo no tengo respuesta", afirma.
Según los Testigos de Jehová, el grupo tiene más de 138.000 miembros en Reino Unido y más de 8 millones en todo el mundo.
Terri O' Sullivan dejó la religión hace 17 años, cuando tenía 21 años y su madre la expulsó de su casa.
Ahora dirige una red de apoyo para quienes han dejado o han sido excluidos de la religión.
Dice que no ha encontrado a ningún antiguo Testigo de Jehová que no haya experimentado depresión, alcoholismo o sentimientos suicidas.
Y aunque no todos atraviesan un proceso formal de desasociación cuando dejan la religión, sus relaciones casi siempre se ven afectadas.
"Con algunos ex Testigos", dice, "algunas de sus familias siguen hablándoles, pero la relación siempre se ve afectada".
Sarah afirma que la pérdida de sus lazos familiares más cercanos ha sido "muy, muy difícil".
Está comprometida y sabe que "tiene que planear una boda a la que sus padres no asistirán".
"Me clasifico como huérfana y eso es bastante triste", afirma.
Su red de apoyo está con sus amigos del trabajo. Cuando dejó la fe, dice, ellos "se reunieron para ayudarla", lo cual es algo que
no esperaba.
"(La religión) me había dicho que estas personas eran horribles, que eran vínculos malos, y que Dios los iba a destruir en el
Armagedón".
"Y sin embargo, estas personas me abrieron sus hogares".
Sarah, sin embargo, todavía se muestra halagadora sobre la mayoría de las personas dentro de su antigua fe.
"Hay buenas personas en la región que creen que están salvando la vida de la gente (predicando el mensaje de la fe)", afirma.
"Tengo algunos recuerdos felices, porque son los últimos recuerdos que tengo de mi familia y hermanos".
"Pero también miro al pasado y siento mucha tristeza porque nunca volveré a sentarme con ellos en una comida dominical",
"Cuando se mueran, probablemente tampoco me invitarán al funeral".