¿Un tercer partido? El desesperado intento de los republicanos para frenar a Donald Trump
Algunos republicanos piensan que Trump no está calificado para ser el presidente.
No hace mucho que el senador republicano Lindsey Graham confesó que para él, decidirse entre apoyar a Donald Trump o a Ted Cruz como el candidato de su partido a la presidencia estadounidense, era como escoger entre si prefería morir envenenado o de un balazo.
Y muchos en el Partido Republicano deben estar pensando ahora algo parecido de cara a las elecciones de noviembre de 2016 en las que se escogerá al próximo ocupante de la Casa Blanca.
Entre los conservadores estadounidenses hay pocas figuras tan odiadas como la demócrata .
Pero no es que se sientan mucho más cómodos votando por el multimillonario .
.
Tampoco quiere darle su apoyo Paul Ryan, jefe de la bancada republicana en el Congreso.
Lo que hace pensar a algunos que tal vez ha llegado la hora de una tercera opción, un candidato distinto que canalice las aspiraciones de los republicanos que no quieren que Hillary Clinton llegue a la presidencia, pero tampoco están dispuestos a darle su apoyo a Donald Trump.
Un candidato de un tercer partido tiene muy poca probabilidad de ser elegido
Daniel Schlozman, Universidad Johns Hopkins
AP
Sin embargo, según advierten algunos académicos, .
"Un candidato de un tercer partido tiene muy pocas posibilidades de ser elegido", le dice a BBC Mundo Daniel Schlozman, de la Universidad Johns Hopkins, experto en historia política estadounidense.
, recuerda el académico.
"En la época moderna ningún candidato independiente ha ganado las elecciones estadounidenses", recuerda.
Interés
Los medios estadounidenses aseguran que, pese a los antecedentes históricos, grupos como el de Conservatives Against Trump (Conservadores contra Trump), integrado por algunas personalidades del Partido Republicano, están explorando alternativas para esa tercera opción.La candidatura de Trump entusiasma a millones de estadounidenses, especialmente a aquellos blancos que sienten que han perdido estatus en un país más tolerante hacia la diversidad racial.
Pero entre los dirigentes republicanos,
Les molesta su estilo:
Tienen problemas con muchas de las propuestas que ha ido lanzando el candidato, quien reconoce que en muchos casos las ha formulado sin consultar expertos: sus amenazas de iniciar una guerra comercial con China, por ejemplo.
Y también, en algunos casos, deben estar sintiendo preocupación por su supervivencia política personal.
El abrazo de la muerte
Pese a la espectacular victoria de Trump en la competencia republicana, .Su desventaja es notoria entre .
Entre los estadounidenses de mayores ingresos, los de formación universitaria y entre las mujeres, también Clinton parece más popular que Trump.
Nadie sabe si esta tendencia se mantendrá o si .
Pero algunos congresistas republicanos no están dispuestos a arriesgar su puesto confiando en otro milagro de Trump.
Pues si la tendencia actual se mantiene,
, cuyas dos cámaras controlan desde
En esa circunstancia,
Ante esto, gana atractivo entre algunos la alternativa de apoyar a un tercer candidato a la presidencia.
Sale ganandoSobra decir que un partido republicano dividido le haría más fácil la elección a la que parece será la candidata demócrata, Hillary Clinton.
Así ocurrió en 2000, cuando un izquierdista, , se lanzó como independiente y le quitó algunos miles de votos al candidato demócrata del momento, Al Gore, permitiendo así la elección del republicano .
De modo que los congresistas republicanos que apoyasen a un eventual tercer candidato de la derecha podrían estar consolidando la elección de una demócrata a la presidencia.
, el arma más efectiva con la que podrían enfrentarse a una Casa Blanca en manos del partido rival.
Aunque, como advierte a BBC Mundo Julian Selizer, profesor de la Universidad de Princeton,.
Parece una estrategia extrema, pero hay pocas cosas normales en esta campaña presidencial marcada por el fenómeno Trump.
Para algunos dirigentes conservadores apoyar un tercer candidato presidencial que casi seguramente perderá, es una alternativa menos intolerable que dejarse tomar una foto abrazando a Donald Trump.