Seis millones de personas se adaptan al primer día de emergencia por sequía en Cataluña
Seis millones de personas viven desde este viernes 2 de febrero el primer día de emergencia por sequía en la región española de Cataluña, con fuertes restricciones para los 202 municipios del sistema que incluyen el área metropolitana de Barcelona y parte de Gerona.
La emergencia, que se esperaba desde hace meses en Cataluña (noreste de España), supone una dotación de agua máxima de 200 litros por habitante y día para todos los usos (comercial, industrial, lúdico o personal).
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Entre otras medidas, se reduce en un 80 % el consumo agrícola, en un 50 % el de ganadería y en un 25 % el industrial, el mismo porcentaje que se aplica para usos recreativos.
Dentro de cada hogar no hay una restricción concreta, pero la recomendación es seguir ahorrando todo lo posible y tratar de que el consumo no supere los 90 litros por habitante y día.
Las repercusiones se podrían ver pronto reflejadas en los bolsillos de los consumidores: el sector de la leche ya avisó de una previsible subida de precios porque la falta de agua en los campos va a encarecer la alimentación de las vacas.
En la ciudad, sin alterar demasiado su actividad habitual, los barceloneses acataron las restricciones por la sequía para paliar el déficit hídrico que sufre el territorio con la máxima normalidad posible pero sin esconder la preocupación.
Entre las numerosas restricciones, una persona no puede lavar suauto con agua de la red, sino solo en establecimientos acreditados para esta actividad.
Los barceloneses, o turistas, que hoy gozaban de un clima caluroso para ser febrero, paseaban por jardines con césped pelado y fuentes características como la de Plaza Cataluña o Plaza España, que están secas y pobladas de palomas, una imagen que desde hace tiempo constituye la nueva realidad de la sequía en la capital catalana.
Ante la emergencia por sequía, está prohibido el uso de agua para el riego de jardines y zonas verdes, tanto privadas como públicas, excepto si es para la supervivencia del arbolado o jardines botánicos públicos y siempre que se haga con aguas regeneradas o freáticas.
Mientras, todas las instalaciones deportivas municipales redujeron en un 25 % las duchas disponibles en todos los vestuarios y queda prohibido que los equipos federados las usen después de los entrenamientos, aunque sí podrán hacerlo tras los partidos.
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En cuanto el riego, solo se permite en campos de césped natural o de otras superficies que requieren riego para la práctica del deporte federado, siempre que se use agua regenerada o aguas freáticas y se pueda compensar de alguna manera la cantidad destinada al riego, lo que fuerza a algunos a cerrar duchas.
Hasta que la situación no mejore, los catalanes deberán adaptarse a una realidad que ya afecta a algunos negocios y entornos urbanos.
Es por eso que algunos miran al cielo deseando que, de una vez por todas, las lluvias alivien la falta de agua y todo vuelva a la normalidad.