Sequía e incendios en Europa podrían intensificarse por cambio climático
El 72% de Portugal está en sequía severa desde finales de junio.
Italia, Portugal y Francia (excepto en la isla de Córcega), registraron este invierno "precipitaciones un 20% y 30% por debajo de la normalidad", explica Michèle Blanchard, climatóloga de Météo-France.
En Córcega, donde el miércoles 26 de julio un nuevo incendio obligó a evacuar más de 10.000 personas, no ha caído ni una gota desde principios de julio, algo "excepcional", según la experta.
Italia y Portugal, por su parte, tuvieron un déficit de lluvias en primavera.
En Portugal, donde los intensos fuegos seguían causando estragos el miércoles, el 72% del territorio está en sequía severa desde finales de junio.
"Cuando hablamos de sequía, pensamos en la ausencia de agua, pero hay que insistir también en la temperatura: esta favorece la evaporación y hace que la ausencia de agua en el suelo sea más crucial", subraya Blanchard.
Sin embargo, en Portugal, "el mes de junio fue uno de los más calurosos" desde que empezaran a registrarse los datos meteorológicos en ese país, en 1931, indica Vanda Pires, meteoróloga del Instituto Portugués del Mar y de la Atmósfera (IPMA).
- ¿Qué papel juega el cambio climático? -
El cambio climático conllevará "más olas de calor, de fuerte calor. Y quien dice olas de calor, dice evaporación aún más importante y, en consecuencia, una sequía más importante en los suelos", recuerda Blanchard. "En el futuro, a causa del calentamiento [global], nos dirigimos hacia sequías más marcadas, principalmente en verano".
Según un estudio de 2014 sobre las consecuencias del cambio climático en Portugal, las temperaturas han aumentado allí más que en la media mundial en los últimos cincuenta años. Las olas de calor se han vuelto más frecuentes y las precipitaciones anuales son ligeramente inferiores, según este estudio, aparecido en la revista WIREs Climate Change.
Un aire más caliente es sinónimo de vegetación más seca, más inflamable. Cuanto más sube el termómetro, más aumenta el riesgo de incendio.
Estas condiciones meteorológicas también hacen que la intensidad de los incendios sea mayor, con incendios que los bomberos apenas consiguen sofocar.
Además, desde hace unos cincuenta años, la temporada propicia para los incendios abarca de junio a octubre, en comparación con la anterior, de julio a agosto.
El fuego afecta cada vez más a menudo a zonas de más de 100 hectáreas, principalmente en la Europa mediterránea.
Según un estudio europeo (PESETA II), las superficies susceptibles de arder en Europa del Sur podrían aumentar de un 50% a más del 100% durante el siglo XXI, dependiendo de la intensidad del calentamiento global.
El cambio climático es susceptible "de aumentar la duración y la severidad de la temporada de incendios, las zonas de riesgo y la probabilidad de grandes incendios", subraya.
Más allá de la acción a largo plazo contra el cambio climático, hay que controlar la urbanización, mantener los cortafuegos para impedir que las llamas se propaguen, retirar la broza de los jardines y en el campo, respetar las reglas de seguridad forestales y evitar las plantaciones de especies propensas al fuego.
Portugal acaba de aprobar una reforma forestal para reducir el número de eucaliptos presentes en su territorio. Esta especie, muy inflamable, ocupaba en 2010 una superficie de 812.000 hectáreas, un 13% más que en 1995.
Según Météo-France, "no se vislumbra ningún escenario" en términos de precipitaciones para los países mediterráneos en los próximos trimestres (agosto, septiembre, octubre).
Pero, globalmente, debería reinar "un tiempo más seco de lo normal" en Europa occidental, el sur de Escandinavia y los países bálticos.