Semana Santa inédita para Francisco, sin procesiones y muchos curas muertos

El papa Francisco presidirá a puerta cerrada en abril el Domingo de Ramos. Foto: AP
25 mar 2020 , 07:08
Redacción

Se prohibió las misas con fieles durante la Semana Santa.

El papa Francisco se prepara a celebrar una Semana Santa inédita en la historia, por la pandemia de coronavirus, sin procesiones de fieles y marcada por la muerte en Italia de .

 

Uno de los momentos más importantes de la tradición católica, que conmemora la muerte de Jesús en la cruz, se llevará a cabo sin la presencia de los fieles, sin el tradicional lavado de pies y sin el conmovedor Via Crucis precedido por el pontífice, según anunció este miércoles 25 de marzo el Vaticano.

 

Se trata de en la historia reciente de la Iglesia Católica y fue tomada "debido a la actual emergencia sanitaria". 

 

El papa Francisco presidirá a puerta cerrada en abril el Domingo de Ramos, el Jueves y Viernes Santo con el Vía Crucis en el Coliseo Romano, la Vigilia Pascual, y el domingo de Resurrección con la tradicional bendición "Urbi et Orbi", a la ciudad y al mundo.

 

Con un decreto divulgado este miércoles, la Congregación para el Culto Divino

 

"Debemos detener el contagio multiplicando nuestra oración", explicó el secretario de la congregación, el arzobispo Arthur Roche, al portal oficial de la Santa Sede, Vatican News. 

 

La celebraremos después de la preparación de este tiempo especial de Cuaresma, tan marcado por el dolor, el miedo, la incertidumbre", explicó.

 

La Iglesia católica dedicará de todos modos un momento especial a los curas y monjas que han muerto por el virus y a los cientos de religiosos y religiosas contagiados en los países afectados. 

 

 

Según el diario Avvenire, de la Conferencia Episcopal italiana, 67 curas fallecieron por el coronavirus, la mayoría ancianos que residían en el norte de Italia, la zona más golpeada.

 

Sólo en Bérgamo, la ciudad mártir por el elevado número de muertes, , entre ellos un arzobispo, un párroco de 59 años y el capellán de la cárcel, de 67 años.

 

"El cura debe estar con su gente, en el bien y en el mal. Para ello vive", resumió Giulio Dellavite, del arzobispado de Bérgamo. 

 

Hace dos semanas, el pontífice argentino instó a los religiosos a "tener el coraje" de acompañar a sus fieles enfermos en estos momentos difíciles pese a que el gobierno había prohibido el contacto con todo enfermo.

 

En un reciente programa de la televisión pública RAI, dedicado a la situación en Bérgamo, se puede ver claramente a un sacerdote con mascarilla y guante que ofrece la extrema unción a un paciente al borde de la muerte.

 

Sin embargo no se trata de una imagen común y la mayoría de los 7.500 decesos contabilizados en Italia ocurren en solitario, en las salas de cuidados intensivos o en residencias para ancianos, sin familiares cercanos ni curas.

 

El papa por su parte está retransmitiendo por primera vez las misas de las siete de la mañana en la Casa Santa Marta, su residencia, donde ha rezado en varias ocasiones por las familias y los médicos que luchan contra la pandemia. 

 

Francisco agradeció el martes a todos los curas que han inventado sistemas para estar cerca a los necesitados, con

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