Rusia desoye petición de repliegue de la ONU y defiende su acción en Crimea
Afirma que sus acciones responden a la defensa de los derechos fundamentales de los rusos.
Rusia desoyó hoy en la sede de la ONU las acuciantes demandas internacionales para que cambie de postura y repliegue las tropas desplegadas en Crimea y se limitó a afirmar que sus acciones responden a la defensa de los derechos fundamentales de los rusos que residen en Ucrania.
"Los que han tomado el poder en Ucrania están imponiendo su victoria para atacar los derechos fundamentales de los rusos. Hay que defenderse de esta agresión", afirmó contundente el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, en la vigésimo quinta sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que comenzó hoy en Ginebra.
La defensa de los derechos fundamentales de los rusos, amenazados, según Lavrov, por las acciones de las nuevas autoridades ucranianas, fue el hilo conductor de su discurso, en el que no hubo lugar para la autocrítica o el matiz.
Lavrov defendió la bondad, necesidad y legalidad de la petición del Kremlin de pedir autorización al Senado para desplegar sus tropas en Crimea, provincia autónoma ucraniana de mayoría rusófona.
Crimea fue parte de Rusia hasta 1954, cuando el entonces líder soviético, Nikita Jruschov, se la regaló a Ucrania, y alberga en su territorio la base de la Flota rusa del Mar Negro.
El Senado ruso concedió la autorización y durante el fin de semana fuerzas militares rusas tomaron posiciones en Crimea.
Para el canciller, no hay ninguna duda de que los que gobiernan en Kiev son "radicales antidemocráticos" que han tomado el poder de forma ilegítima y por ello la Federación Rusa considera que tiene el deber de "defender" a los "hermanos rusos" residentes en Ucrania.
Y advirtió de que las fuerzas rusas permanecerán en Crimea "hasta que se respeten los derechos de los rusos y se normalice la situación política".
El poder en Ucrania está en manos de un Gobierno interino presidido por Alexandr Turchínov desde que una revuelta civil logró desbancar al anterior mandatario, Viktor Yanukóvich, el pasado 22 de febrero.
De nada sirvieron los discursos pronunciados en el Consejo por líderes occidentales, especialmente europeos, ni las peticiones explícitas del secretario general de la ONU, Ban Ki moon, que solicitó a Rusia que la "independencia, la seguridad, y la integridad territorial" de Ucrania fueran preservadas.
Estas palabras de Ban fueron pronunciadas en rueda de prensa, poco antes de que se reuniera a almorzar con Lavrov, para, entre otros temas, tratar la crisis en Ucrania.
De lo transmitido por los servicios de información de la ONU se desprende que Ban no tuvo suerte en sus intentos de convencer a Lavrov de la necesidad de "refrenarse" y de comprometerse con la vía del diálogo, tal y como aquel solicitó insistentemente.
En el encuentro con la prensa, Ban había confesado que su conversación del sábado con el presidente ruso, Vladimir Putin, tampoco había dado ningún fruto.
En nombre de la Unión Europea intervino Dimitris Kourkoulas, viceministro de Exteriores de Grecia, país que ejerce este semestre la presidencia protémpore del bloque, quien criticó abiertamente la intervención militar rusa.
"La Unión Europea está extremadamente preocupada por lo que ocurre en Ucrania. Estas acciones violan la Carta de las Naciones Unidas, a la que Rusia está sometida", dijo el ministro griego.
Kourkoulas aprovechó la ocasión para aplaudir "la comedida respuesta" del Gobierno interino de Ucrania "hasta la fecha" y dejar claro que la UE apoyará los esfuerzos que el país haga para estabilizar la situación y hacer las reformas necesarias "con respeto hacia los derechos de las personas pertenecientes a minorías nacionales".
Más dramático fue el presidente de la Confederación Helvética, Didier Burkhalter, presidente de turno de la Organización para la Cooperación y la Seguridad en Europa (OSCE), quien afirmó que los acontecimientos en Ucrania demuestran que la paz y la seguridad en Europa "no están aseguradas".
El gran ausente de la jornada fue Estados Unidos, quien no participó en el segmento de alto nivel de la sesión del Consejo tal y como estaba previsto.
Inicialmente, la embajadora estadounidense ante las Naciones Unidas en Nueva York, Samantha Power, debía intervenir hoy en Ginebra, pero su viaje fue cancelado sin aducir razones.