El reto de alimentar a 10.000 millones de personas sin destruir el planeta

Reforestación en Islandia. Foto: AFP
02 ago 2019 , 07:49
Redacción

La agricultura extensiva de cereales contribuye a la destrucción de los bosques.

¿Cómo alimentar a una población cada vez más numerosa sin destruir la naturaleza? , que es tratada desde este viernes en Ginebra.

 

El informe especial del grupo internacional de expertos de la ONU sobre el cambio climático (IPCC) dedicado al "cambio climático, la desertización, la degradación de los suelos, la gestión sostenible de las tierras, la seguridad alimentaria y los flujos de gases con efecto invernadero en los ecosistemas terrestres", que se publicará previsiblemente la próxima semana tras unos encuentros a puerta cerrada, constituirá el análisis científico más completo sobre este tema realizado hasta la fecha.

 

Este texto, de más de 1.000 páginas, debería destacar la forma en que la alimentación industrial, del productor al consumidor; la explotación generalizada de los recursos o incluso algunos esfuerzos para contrarrestar los efectos del cambio climático,

 

El documento también debería esbozar el panorama de una sociedad en la que 2.000 millones de adultos tienen sobrepeso o están obesos y en la que se tiran enormes cantidades de comida, mientras que el hambre afecta a millones de personas en todo el mundo.

 

"Se puede decir que este informe concierne mi paisaje, mi granja, mi alimentación", declaró el presidente del IPCC, Hoesung Lee, en la apertura de los debates.

 

Este informe "es un elemento científico muy importante", afirmó de su lado Inger Andersen, directora del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

 

Las conclusiones del informe se plasmarán en un resumen que las delegaciones de unos 195 países, reunidas en Ginebra, examinarán detalladamente a partir de este viernes, antes de aprobar una versión definitiva. 

 

La reunión servirá para poner "Cuando observamos las repercusiones del cambio climático y las contribuciones a ese cambio, el sector de las tierras es increíblemente importante", declaró a la AFP Lynn Scarlett, de la oenegé The Nature Conservancy.

 

"Las consecuencias son amplias y no conciernen al futuro únicamente: ya están ocurriendo ahora y son críticas para el bienestar de la gente y de la naturaleza", advirtió. 

 

La agricultura y la deforestación representan alrededor de un cuarto de las emisiones de gases con efecto invernadero. 

 

 

La agricultura emplea un tercio de todas las tierras de la superficie y tres cuartos del agua dulce del planeta. 

 

Con una población que debería rozar los 10.000 millones de individuos para mediados de siglo, frente a los 2.600 millones de 1950, el temor a llegar al límite del sistema es cada vez más acuciante. 

 

La carne y el desperdicio alimentario constituyen dos puntos negros. Alrededor del 30% de la comida producida termina en la basura. 

 

"Aunque las tierras produzcan mucho más alimento del que se necesita para alimentar a todo el mundo, sigue habiendo 820 millones de personas que se acuestan con hambre cada noche", recordó Stephan Singer, de Climate Action Network. 

 

"Este informe llega en un momento crítico, pues la agricultura es a la vez víctima y motor del cambio climático", agregó Teresa Anderson, de la oenegé ActionAid.

 

como la soja, utilizados para alimentar al ganado y para los biocarburantes, , que almacenan carbono.

 

"Debemos darle la espalda a una agricultura industrial nociva basada en productos químicos, la deforestación y las emisiones" de gases con efecto invernadero, insistió Teresa Anderson. 

 

El informe abordará también las cuestiones de la desertización y la degradación de los hábitats por culpa de la agricultura. Cada año se pierde una superficie de bosque tropical equivalente a la de Sri Lanka. 

 

Asimismo, se tratará la disyuntiva entre el uso de las tierras para la alimentación, el almacén de carbono a través de los bosques y la producción de energía a partir de materia biológica. 

 

No quedarán al margen de las discusiones la suerte de las poblaciones indígenas y de las mujeres, particularmente expuestas. 

 

En octubre de 2018, otro informe especial del IPCC detallaba el posible impacto de limitar la subida de las temperaturas globales a 1,5 ºC, en línea con los objetivos del Acuerdo de París, y sobre los medios para permanecer bajo ese umbral, muy ambicioso. 

 

Desde entonces, se han formado movimientos ciudadanos y cientos de miles de personas han tomado las calles para reclamar a los gobiernos que actúen más rápidamente contra el cambio climático. 

 

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