El realismo mágico, el sello literario de Gabo
El escritor colombiano falleció hoy 17 de abril de 2014 en México.
El genio colombiano de la literatura latinoamericana y mundial del último siglo sin duda ha sido Gabriel García Márquez. El escritor nacido en Aracataca fue el principal exponente del realismo mágico y sus obras cautivaron a millones de lectores de varias latitudes.
Seguramente la obra que lo consagró a nivel mundial fue Cien Años de Soledad, uno de los íconos de la literatura universal, traducida a 35 idiomas y de la que se han vendido más de 30 millones de ejemplares.
Gabo durante la entrega del Premio Nobel de Literatura en 1982.
Pero Gabo inició muy joven su camino literario con su cuento "La Tercera resignación" publicado en 1947. Después llegó "La Hojarasca" (1955) una novela corta que inicia el recorrido de Gabo por un mundo mágico de personas y pueblos como el fantástico Macondo que prácticamente es el hogar literario del escritor colombiano.
"El Coronel no tiene quien le escriba" (1961) fue su segunda novela corta y que fue considerada por el propio escritor como su obra más simple. Un año más tarde aparecieron "La mala hora" y "Los funerales de Mamá Grande". Este último ya pone a descubierto su ingenio para crear personajes, lugares y situaciones que identifican al realismo mágico.Y en 1961 se trasladó a México, donde trabaja en revistas de poca importancia y publica su segunda novela, "El coronel no tiene quien le escriba". Además el manuscrito de "La mala hora" gana un premio literario en Bogotá y empieza a trabajar en "El otoño del patriarca".
En aquella época se relaciona con autores como Carlos Fuentes, Juan Rulfo, Fernando Benítez, Manuel Barbachano o Carlos Monsiváis y trabaja más intensamente como guionista cinematográfico en, por ejemplo, "Tiempo de morir", realizado por Arturo Ripstein.
Pero esa labor le sirvió para convencerse de que debía centrarse en la literatura y en 1965 se dedica a terminar "Cien años de soledad", a la que dedica casi dos años y que se publica en junio de 1967, con un éxito inmediato.
El diario El Espectador publicó el primer capítulo de Cien años de soledad en 1966.
Entre 1967 y 1973 vive en Barcelona, muy cerca de la casa de su amigo Mario Vargas Llosa, con quien rompió toda relación en 1976 tras un puñetazo que le propinó el peruano por causas que aún hoy, 38 años después, se desconocen.
Su faceta como escrito culminó en 1982 cuando le concedieron el Premio Nobel "por sus novelas y relatos cortos en los que lo fantástico y lo real se combinan en un universo ricamente compuesto de imaginación que refleja la vida y los conflictos del continente americano".
Y más allá de su faceta de escritor, García Márquez siempre se significó mucho políticamente y sus ideales de izquierda le causaron problemas con las dictaduras de Laureano Gómez y Gustavo Rojas Pinilla.
Con la presidencia de Julio César Turbay Ayala (1978-1982), fue acusado de colaborar con la guerrilla M19 y se exilió a México (1981-1983). Regresó a Colombia durante la presidencia de su amigo Belisario Betancur (1982-1986). También fue destacada su amistad con Fidel Castro.
A lo largo de su vida no paró de recibir homenajes, aunque el año mas especial fue 2007, cuando por su 80 cumpleaños, el 40 aniversario de "Cien años de soledad" y los 25 del Nobel, honraron su figura la Casa de América de Madrid y sendos Congresos de la Asociación de Academias de Lengua Española (Medellín) e Internacional de la Lengua Española (Cartagena de Indias).
"Vivir para contarla" es la autobiografía en formato de novela que el premio Nobel publicó en 2002, y en 2009 apareció la primera biografía "tolerada", escrita por el británico Gerald Martin y titulada "Gabriel García Máquez: Una vida".
El escritor superó dos cánceres, uno de pulmón que le fue extirpado en 1992 y otro linfático que le diagnosticaron en 2000 y por el que recibió sesiones de quimioterapia en Los Ángeles (EEUU), que debilitaron su salud.
El escritor colombiano se radicó en México en la década de los 80.
Premiado y galardonado en múltiples ocasiones, García Márquez recibió entre otros galardones el Rómulo Gallegos (1972, por "Cien años de soledad"); la Legión de Honor francesa (1982); la Orden del Aguila Azteca (1982), y la Orden del Congreso de Colombia en el Grado de Gran Cruz con placa de oro (2007).
El escritor colombiano aseguró en 1994 no querer recibir el Premio Cervantes de Literatura, galardón al que era candidato.
Sus últimos libros publicados son "Memorias de mis putas tristes" (2004) y "Yo no vengo a decir un discurso" (29 octubre 2010), en el que recoge 22 de sus discursos para ser leídos en público.