Quién fue Alberto Fujimori, el expresidente de Perú que dejó su legado en la región
Alberto Fujimori asumió la presidencia de Perú en 1990 en medio de una crisis económica devastadora y un conflicto armado con la guerrilla maoísta Sendero Luminoso. Enfrentando una hiperinflación extrema y una situación de violencia generalizada, Fujimori se presentó como una alternativa a los partidos tradicionales, donde prometió reformas radicales.
Una de sus principales acciones fue implementar políticas neoliberales, incluyendo la privatización de empresas estatales y reformas para atraer inversión extranjera, lo que logró reducir la hiperinflación y estabilizar la economía. Este éxito inicial aumentó su popularidad entre los peruanos.
Lea También: Alberto Fujimori, expresidente de Perú, falleció de cáncer a sus 86 años
Fujimori también se destacó por su firme postura en la lucha contra el terrorismo. Intensificó la campaña militar contra Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru, logrando importantes victorias, como el rescate de rehenes en la embajada de Japón en Lima en 1997.
Lea También: El huracán Francine toca tierra en el sur de Luisiana como categoría 2
Sin embargo, sus métodos también incluyeron el uso de violencia de Estado, con la financiación de grupos paramilitares responsables de masacres como la de Barrios Altos en 1991 y La Cantuta en 1992.
Su mandato se tornó cada vez más autoritario, culminando en un autogolpe de Estado en 1992, conocido como el “fujimorazo,” en el cual disolvió el Congreso y tomó control de las instituciones judiciales. Esto consolidó su poder y le permitió ser reelegido en 1995.
Durante su segundo mandato, Fujimori implementó un polémico programa de esterilización que afectó a mujeres de bajos recursos, especialmente en áreas rurales. Se estima que alrededor de 350 000 mujeres y 25 000 hombres fueron esterilizados, aunque se han denunciado numerosos casos de esterilizaciones forzadas.
Lea También: Tres incendios forestales en el sur de California amenazan a miles de estructuras
A pesar de sus controversias, Fujimori fue reelegido en el año 2000. Sin embargo, su gobierno fue sacudido por escándalos de corrupción y fraude electoral. En noviembre de 2000, Fujimori renunció desde Japón y se exilió en el país asiático para evitar enfrentarse a la justicia.
Fujimori fue arrestado en Chile en 2005 y extraditado a Perú en 2007, donde fue condenado por corrupción y crímenes de lesa humanidad. Aunque su condena parecía definitiva, recibió un indulto humanitario en 2017 por razones de salud.
Lea También: Demandan a autoridades bolivianas por no prever incendios forestales
Durante su gobierno, Alberto Fujimori mantuvo una relación compleja con Ecuador, marcada por tensiones históricas entre ambos países, pero también por un importante proceso de paz.
Contexto de la relación Perú-Ecuador
Los dos países compartían una larga disputa territorial desde el siglo XIX, que culminó en varios conflictos armados, siendo el más reciente la guerra del Alto Cenepa en 1995.
Este conflicto fue una escalada militar sobre la demarcación de fronteras en la región amazónica, en particular la delimitación del área de Tiwinza, una zona estratégica que ambos países reclamaban como propia.
Fujimori y la guerra del Cenepa en 1995
Durante el conflicto del Alto Cenepa en 1995, Fujimori fue el líder de Perú. La guerra duró unos meses y causó bajas en ambos bandos. A pesar de ser un conflicto breve, tuvo un gran impacto en las relaciones diplomáticas entre Perú y Ecuador.
Fujimori supervisó la defensa militar peruana, pero también fue un actor clave en el proceso de desescalada y negociación posterior.
Lea También: Ataque a empleados penitenciarios en Perú: un muerto y un herido en ataque armado
Tratado de Paz de Brasilia en 1998
Uno de los logros diplomáticos más destacados de Fujimori fue la firma del Tratado de Paz de Brasilia en 1998, que resolvió la disputa fronteriza entre Perú y Ecuador. Este tratado, con la mediación de Brasil, Argentina, Chile y Estados Unidos, fijó finalmente la frontera y permitió una paz duradera entre los dos países.
Como parte del acuerdo, Perú reconoció el derecho de Ecuador a una pequeña área en Tiwinza, aunque bajo soberanía peruana, como un símbolo de reconciliación.
Impacto de la paz
La relación entre Alberto Fujimori, expresidente de Perú, y Ecuador fue significativa, especialmente en el contexto del conflicto territorial entre ambos países. Durante su mandato, Fujimori jugó un papel clave en la resolución de la disputa fronteriza que había causado tensiones entre Ecuador y Perú durante décadas.
El conflicto más reciente, conocido como la Guerra del Cenepa, ocurrió en 1995 y fue el último enfrentamiento armado entre ambas naciones. A partir de este conflicto, se intensificaron los esfuerzos diplomáticos, culminando en la firma del Acuerdo de Paz de Brasilia el 26 de octubre de 1998.
Lea También: De Colombia al reconocimiento científico mundial por investigar el Alzheimer: muere el médico Francisco Lopera
Este acuerdo fue firmado por Fujimori y el entonces presidente de Ecuador, Jamil Mahuad. Puso fin a las hostilidades y estableció una delimitación definitiva de la frontera entre ambos países. Este acuerdo fue considerado un hito histórico en las relaciones bilaterales y ha sido reconocido internacionalmente, incluso entrando en el registro Memoria del Mundo de la UNESCO en 2023 debido a su relevancia histórica y diplomática.
Desde la firma de este tratado, las relaciones entre Ecuador y Perú han mejorado notablemente, con un incremento en el comercio bilateral y la cooperación en la frontera común.
A pesar de su controvertida trayectoria, Alberto Fujimori dejó una huella profunda en la historia de Perú. Su gobierno logró estabilizar una economía devastada y derrotar a movimientos terroristas que habían sembrado el caos en el país.
Lea También: Dos aviones se chocaron en la pista del Aeropuerto Internacional de Atlanta, EE.UU.
Sin embargo, su mandato también estuvo marcado por autoritarismo, violaciones de derechos humanos y corrupción. Fujimori sigue siendo una figura polarizadora, para algunos, un líder que salvó a Perú de una crisis existencial, y para otros, un dictador cuyas acciones dejaron cicatrices profundas.