Perú aplicó, por primera vez, la eutanasia a paciente con enfermedad degenerativa
El domingo 21 de abril, la peruana Ana Estrada ejerció su derecho a una muerte digna por medio de la eutanasia. La abogada de Estrada mencionó que ella falleció en sus propios términos, conforme a su idea de dignidad y con el control de autonomía hasta el final.
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El seguro social estatal EsSalud fue el que aprobó el procedimiento médico conforme al Plan y Protocolo de Muerte Digna, aplicada a Ana Estrada, así lo confirmó un comunicado.
Ana Estrada sufría polimiositis, desde sus 12 años, una enfermedad degenerativa e incurable. Tras ese diagnóstico, Estrada pasaba conectada a un respirador artificial.
Estrada empezó esta batalla legal desde 2019 y, durante los últimos años de su vida, fue una figura importante para que la eutanasia sea aprobada y un derecho.
Logró ser la primera persona en abrir debate en la sociedad peruana de lo que ella deseaba, una muerte digna, después de ser rechazada algunas veces.
El 22 de enero, Ana mostró a todos su felicidad de poder escoger al médico que la asistiera durante la eutanasia.
"Esto es para mí, exactamente, como me lo propuse desde el primer día (...). Yo sabía que esto era una garantía para mi vida. Yo necesitaba esta carta verde para que yo pueda vivir con plenitud en esta última etapa, que no sea dolorosa, ni con angustias de qué es lo que va a pasar" -expresó en este entonces, Ana Estrada
La eutanasia en Perú no está permitida y puede ser castigada con tres años de cárcel. Ana Estrada fue la excepción por solicitar directamente y recibir este procedimiento médico.
Colombia fue el primer país latinoamericano que permitió la eutanasia por enfermedades degenerativas o terminales, aunque igual hay varias lagunas legales por resolver.
Mientras que Ecuador, en febrero de 2024, se convirtió en el segundo país en Latinoamérica, de reconocer la eutanasia como un derecho y despenalizar este procedimiento de muerte asistida, gracias a la demanda de Paola Roldán, quiteña de 42 años, quien por su estado de salud no alcanzó a ser asistida y falleció antes de ser aplicada la eutanasia.
Argentina, Chile y Uruguay tienen una ley que permite a los pacientes rechazar los medicamentos en continuidad y tratamientos médicos.
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