Óscar Pérez, el piloto a quien el gobierno de Venezuela acusa de estar "alzado en armas"
Este inspector de la policía científica lanzó granadas en la sede legislativa.
Videos compartidos por Pérez en su cuenta de Instagram muestran las diferentes acciones que realizó.
28 jun 2017 , 09:04
Redacción
En varios videos publicados el lunes en la mañana en su cuenta de Instagram, Óscar Pérez pedía que dejaran de disparar y decía que se rendía.
Este martes, el ministro del Interior y Justicia de Venezuela, Néstor Reverol, informó sobre la muerte de este policía sublevado contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro así como de otros seis "terroristas" que perdieron vida luego de que la edificación en la que se encontraban fue sitiada el lunes durante varias horas por las fuerzas de seguridad.
"Ante una agresión que pone en riesgo la vida de los funcionarios, se procedió al protocolo para neutralizar al grupo agresor, con el saldo de siete terroristas fallecidos", dijo Reverol en una alocución televisiva el explicar lo ocurrido, unas 24 horas después del fin del suceso.
En un primer informe de las autoridades venezolanas, emitido la tarde del lunes, se informó que el episodio había concluido con dos policías muertos, algunos heridos y varios "criminales abatidos", pero no se ofrecía información oficial sobre Pérez, que llevaba huido casi siete meses.
"Nos vamos a entregar, no sigan disparando", grita Pérez en uno de los videos publicados en su cuenta en la red social Instagram, en la que relató el asedio.
El asedio de este lunes, que contó con la novedad de la transmisión de los videos de Pérez en Instagram y los comentarios en Twitter de ministros y otros oficialistas, puso fin a más de seis meses de fuga y desafío al Estado venezolano.
Su cara y el cartel de "Se busca" se veía en las paredes del aeropuerto de Caracas, donde se lo calificaba de "terrorista y fascista".
El gobierno de Nicolás Maduro lo acusaba de estar "alzado en armas", de perpetrar un "ataque terrorista" y de tener vínculos con la CIA y la embajada de Estados Unidos.
Pérez fue el único de los uniformados que quiso dar la cara el 27 de junio, cuando tomó un helicóptero, voló a la sede del Ministerio del Interior y realizó 15 disparos sobre una fiesta con unos 80 invitados.