La ONU es optimista y cree que se puede acabar con epidemia del sida en 2030
"Hemos empezado a cambiar el rumbo", señaló el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
La ONU aseguró hoy que el "tremendo progreso" logrado en la lucha contra el sida hace posible terminar con la epidemia de aquí a 2030, especialmente si en los próximos cinco años se ejecutan las acciones necesarias y se termina con la discriminación y el estigma en ciertas regiones.
"Hemos empezado a cambiar el rumbo", señaló el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, en un mensaje con motivo del Día Mundial de la Lucha contra el Sida.
Según Ban, el progreso contra la enfermedad "está acelerándose" y debe permitir al mundo cumplir con el objetivo que se ha fijado la ONU: terminar con la epidemia del sida para 2030 y hacer que la enfermedad pase a ser una dolencia crónica.
La clave para ello, según las Naciones Unidas y su agencia especializada, ONUSIDA, con sede en Ginebra, son las medidas que se tomen antes de 2020.
"Tenemos una corta ventana de cinco años para alcanzar a la gente que se está quedando atrás, gente a la que se le han negado sus derechos -jóvenes y adolescentes, hombres que tienen sexo con hombres, emigrantes, presos, trabajadoras sexuales, personas que se inyectan drogas", señaló hoy el director ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé.
Según aseguró, este es el momento de "romper de verdad la epidemia", pues en caso contrario ésta podría rebrotar y complicar enormemente su eliminación.
ONUSIDA insistió hoy en que pese a los "fantásticos progresos hechos en la última década", ese avance es "frágil y reversible".
Ban, por su parte, alertó de que la epidemia del sida aún se expande en regiones como Europa Oriental, Asia Central y Oriente Medio, "alimentada por el estigma, la discriminación y leyes punitivas".
Según la ONU, en muchos países de esas zonas las leyes y políticas que castigan la homosexualidad y la hostilidad contra esa población aumentan las prácticas de riesgo y dificultan enormemente la obtención de datos sobre los contagios.
En total, hay en el mundo unos 35 millones de personas que viven con el VIH y 19 millones de ellos no saben que son portadores del virus, según datos de Naciones Unidas.
Sin embargo, el número de nuevos casos está en descenso en la mayor parte del mundo y desde 2001 se acumula una bajada del 38%.
Sólo en los últimos tres años, las nuevas infecciones con el VIH cayeron un 13% en todo el mundo, con diez países en los que la bajada fue superior al 75%.
Además, el uso de antirretrovirales ha permitido reducir en un 58% entre 2002 y 2013 el número de casos en recién nacidos y la ONU considera que el mundo está a solo unos años de terminar totalmente con los contagios de madres a hijos.
Junto a las nuevas infecciones, caen también el número de muertes relacionadas con el sida.
En 2013, se calcula que 1,5 millones de personas fallecieron en todo el mundo por esa causa, lo que supone un descenso del 35% con respecto a las cifras de 2005.
Tres de cada cuatro muertes por sida se registran hoy por hoy en el África Subsahariana, a pesar de que el número de fallecidos se recortó un 39% en esos ocho años, una evolución sólo superada por el 54% del Caribe.
En el otro extremo, el número de fallecidos por sida aumentó un 66% en Oriente Medio y el Norte de África y un 5% en la región de Europa Oriental y Asia Central.
Una de las prioridades de la ONU es mejorar la lucha contra la enfermedad en las ciudades, donde se concentran la mayoría de las personas con el VIH, para lo que hoy presentó una iniciativa para impulsar más medidas por parte de las grandes urbes.
En Nueva York, por ejemplo, las autoridades anunciaron hoy un plan para tratar de reducir el número de nuevos casos a 750 al año de aquí a 2020.
"Hace treinta años, Nueva York era el epicentro de la crisis del sida, pero hoy la ciencia ha avanzado, la tasa de infección se ha rebajado y Nueva York está dando un paso más hacia un mundo sin sida", dijo el gobernador del estado, Andrew Cuomo.
A las iniciativas del Día Mundial de la Lucha contra el Sida se sumaron un sinfín de instituciones públicas, pero también empresas privadas como Apple, que hoy dará parte de los ingresos que obtenga al fondo mundial contra la enfermedad.