Nuevos ataques de Israel a Gaza; no hay indicios de tregua
El Ejército israelí lanzó otra ronda de ataques aéreos sobre la Franja de Gaza el lunes, los cuales, aseguró, destruyeron túneles usados por combatientes palestinos y los hogares de nueve comandantes de Hamas. La diplomacia internacional para frenar la guerra que estalló hace una semana y ha cobrado cientos de vidas parece tener poco efecto.
Israel ha informado que por ahora seguirá presionando con sus ataques contra Hamas, el movimiento islamista palestino que gobierna Gaza, y Estados Unidos ha indicado que no presionará a ambas partes por un cese del fuego.
Los ataques más recientes destruyeron el edificio de cinco pisos donde se encontraba el Ministerio de Asuntos Religiosos operado por Hamas, un edificio que, de acuerdo con Israel, albergaba el principal centro de operaciones de las fuerzas de seguridad interna del movimiento islamista. Israel también mató a un líder de Yihad Islámica en Gaza, otro grupo miliciano al que las autoridades israelíes culparon de algunos de los miles de ataques con misiles lanzados contra Israel en días recientes. Israel afirmó que sus propios bombardeos destruyeron 15 kilómetros (9 millas) de túneles usados por los combatientes.
Al menos 212 palestinos han muerto en una semana de bombardeos sobre Gaza, incluidos 61 niños y 36 mujeres, y más de 1.400 personas han resultado heridas, según cifras del Ministerio de Salud de Gaza. Diez personas, entre ellas un niño de 5 años, han muerto por los ataques con misiles lanzados desde áreas civiles de Gaza hacia áreas civiles en Israel.
La violencia también ha estallado entre judíos y árabes en Israel, incidentes que han dejado decenas de heridos. El lunes, un hombre judío que fue agredido la semana pasada por un grupo de árabes en la ciudad de Lod, en el centro del país, falleció a causa de las heridas, indicó la policía.
Los nuevos bombardeos, registrados en Gaza durante la madrugada del lunes y nuevamente por la tarde, dejaron un boquete en uno de los pisos de un edificio de concreto de varios niveles y cobraron cinco vidas. Una mujer buscaba entre ropa, escombros y muebles despedazados en un dormitorio que fue destruido. Un impacto demolió el muro de una habitación, dejando intacto un gabinete abierto lleno de ropa de cama. Los niños caminaban sobre escombros en las calles.
Un auto en la calle que, según los testigos, fue impactado por un misil, quedó retorcido y destrozado, con el techo arrancado. Lo que quedó de la puerta del lado del conductor tenía manchas de sangre. Un café en la playa, del cual habían salido los tripulantes del auto poco antes, terminó hecho pedazos e incendiado. Una cuadrilla de rescatistas trataba de sofocar el incendio con un extintor pequeño.
El alcalde de la Ciudad de Gaza, Yahya Sarraj, dijo que los ataques han causado daños serios a las carreteras y otra infraestructura. Añadió que el suministro de agua para cientos de viviendas fue interrumpido.
“Estamos tratando de proporcionar agua, pero la situación continúa siendo difícil”, declaró.
Naciones Unidas ha advertido que la única central eléctrica en el territorio corre el riesgo de quedarse sin combustible. Gaza de antemano sufría apagones diarios de entre ocho y 12 horas, y el agua del grifo no es potable. Mohammed Thabet, un portavoz de la empresa de distribución de electricidad en el territorio, dijo que ésta tiene combustible para dar servicio a Gaza dos o tres días más.
Israel también informó que había atacado lo que sospechaba era un arma sumergible de Hamas que se preparaba para un ataque en las costas de Israel.
La guerra comenzó el 10 de mayo, cuando Hamas disparó misiles de largo alcance contra Jerusalén después de semanas de enfrentamientos en la ciudad sagrada entre manifestantes palestinos y policías israelíes. Las protestas se centraban en las agresivas intervenciones policiales en un disputado lugar de culto durante el mes sagrado del ramadán y en la amenaza de desalojo de docenas de familias palestinas a instancias de colonos judíos.
Se esperaban más protestas en toda la región el martes en respuesta a un llamado de ciudadanos palestinos de Israel para una huelga general. La protesta cuenta con el apoyo de la organización política Fatah, a la que pertenece el titular de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás.
El gobierno del presidente estadounidense Joe Biden se ha rehusado hasta ahora a criticar públicamente a Israel por su papel en los enfrentamientos o a asignar un enviado de alto rango para la región. El lunes, Estados Unidos bloqueó de nueva cuenta una declaración propuesta del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en la que se pedía poner fin a “la crisis relacionada con Gaza” y proteger a los civiles, especialmente a los niños.
Hablando con los reporteros durante un viaje a Dinamarca, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, dijo que Estados Unidos respaldaría cualquier iniciativa para detener los combates, pero señaló que su país no pretende ejercer presión sobre ambas partes para que acepten un cese al fuego.
“Finalmente depende de las partes dejar en claro que desean acordar un cese al fuego”, declaró.