La mutilación genital, pesadilla de las niñas en Indonesia
Se trata de una práctica religiosa que tiene una fuerte resistencia en Indonesia.
La pequeña Salsa Djafar lleva una corona de oro y un vestido violeta para una fiesta familiar particular: la en una región aislada de . Pero para esta niña de año y medio, como para muchas otras, es una pesadilla.
En una modesta vivienda de la provincia de Gorontalo (centro), una circuncisora tradicional cubre a la chiquilla con una sábana blanca y luego mete la cabeza debajo, con un pequeño cuchillo en la mano.
De repente, corta la cubierta del clítoris de la niña así como los labios menores, haciéndole aullar de dolor.
La ejecutora agarra entonces los trozos cortados y los clava en un limón con su cuchillo. y
"Es duro verla gritar así, pero es la tradición", explica el padre, Arjun Djafar, un obrero de 23 años, durante la ceremonia amenizada con música local.
La (MGF) -expresión médica que designa la ablación parcial o total de los órganos genitales externos de una mujer- se practica desde hace generaciones en Indonesia, el país musulmán más poblado del mundo.
Para muchas familias es un rito obligatorio. Pero esta práctica ancestral tiene también numerosos detractores, que quieren acabar con esta lacra.
Las y el gobierno indonesio trató una vez de prohibirla, pero
Ahora, el gobierno de Yakarta trata de convencer para que cesen estas ablaciones consideradas a nivel internacional como una violación de los derechos fundamentales de las niñas.
No hay lugar en el país en el que la ablación genital sea más popular que en la sumamente . La zona En esta provincia, más del 80% de las niñas menores de 11 años han sufrido mutilaciones genitales, contra un promedio de alrededor del 50% en el resto de este país de 255 millones de habitantes, según una encuesta gubernamental.
Pese al sufrimiento causado por estas ablaciones y a la oposición creciente, los habitantes de Gorontalo, poblada mayoritariamente por campesinos pobres, considera
Para la circuncisora Jadijah Ibrahim, que sucedió a su madre fallecida hace varios años,
Autoridades locales consideran, por su parte, que esta práctica evita más tarde que las jóvenes lleven una vida disoluta.
Y son muchos los que piensan que las musulmanas a las que no se les realiza no serán aceptadas por Dios.
La mutilación no es solo una práctica corriente en las regiones aisladas del archipiélago, sino. Pero en la capital s: una persona pincha con una aguja el clítoris de la niña, evitando así los dolores relacionados con la ablación.
Las Naciones Unidas ya adoptaron dos resoluciones que alientan a renunciar a esta "práctica nociva" que puede provocar muchos problemas como infertilidad y un mayor riesgo de complicaciones en el momento del parto.
En Indonesia, el debate en torno a la mutilación genital femenina se ha intensificado en los últimos años. Incluso algunas organizaciones musulmanas están ahora en contra, como Muhamadiayh, la segunda del país, que disuade a sus partidarios de que recurran a esta práctica.
Una opinión que comparte Jorirah Ali, miembro de la comisión nacional para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres. "Creo que en mi religión no hay ningún versículo que autorice la mutilación femenina, no está en el Corán", declara esta mujer.
Pero la primera organización musulmana del país, Nahdlatul Ulama, y el Consejo de Ulemas, la más alta instancia religiosa, siguen siendo favorables a la ablación.
Pese a las oposiciones, el , dice a la Jurnalis Uddin, experta en mutilaciones genitales femeninas. "Querer librarse totalmente de esta práctica es como nadar contra corriente", destaca.