Una mujer de Hong Kong, culpable de esclavizar a una empleada doméstica

HONG KONG. Law Wang-Tung
10 feb 2015 , 08:30
Redacción

Durante el juicio, Erwiana Sulistyaningsih contó detalladamente las "torturas" que sufrió.

Una mujer de Hong Kong fue declarada culpable el martes de haber esclavizado y agredido a una empleada doméstica oriunda de Indonesia, cuyo calvario había provocado una gran conmoción en la ex colonia británica.

 

La jueza Amanda Woodcock retuvo 18 de las 20 acusaciones contra Law Wan-Tung, una madre de familia de 44 años, entre las cuales golpes y heridas graves y amenazas contra Erwiana Sulistyaningsih, su ex empleada doméstica de 23 años.

 

Law Wang-Tung, pasible de siete años de cárcel, fue detenida al término de la audiencia y conocerá el alcance de la pena el 27 de febrero próximo.

 

"Estoy muy contenta", declaró al salir del tribunal Erwiana Sulistyaningsih, vestida con una remera estampada con una foto de ella misma y la palabra justicia.

 

"Estoy segura de que dijo la verdad", afirmó la jueza Woodcock al fundamentar el fallo, basado sobre todo en el careo de las dos mujeres.

 

Durante el juicio, Erwiana Sulistyaningsih contó detalladamente las "torturas" sufridas durante meses y explicó que había sido alimentada solamente con pan y arroz.

 

Erwiana Sulistyaningsih relató además que en una ocasión había perdido el conocimiento a causa de una paliza y que sólo podía dormir cuatro horas por día.

 

Erwiana había logrado escaparse en enero de 2014, tras ocho meses de violencia, y estuvo hospitalizada durante un mes en un estado grave en Sragen, en la isla indonesia de Java.

 

El caso tuvo repercusiones diplomáticas cuando el ex presidente indonesio Susilo Bambang Yudhoyono llamó a Erwiana para decirle que se iba a "hacer justicia".

 

La joven indonesia había llegado a Hong Kong en mayo de 2013 y durante los meses que trabajó para Law sufrió un verdadero calvario.

 

El caso de Erwiana puso en evidencia el maltrato al cual son sometidas a menudo las empleadas domésticas.

 

Esas mujeres aisladas, procedentes de las regiones más pobres del sureste asiático, denuncian frecuentemente las lesiones físicas y psíquicas causadas por sus empleadores, ya sean oriundos de Hong Kong o extranjeros.

 

En Hong Kong hay unas 300.000 empleadas domésticas, oriundas en su mayoría de Indonesia o Filipinas.

 

Las empleadas ganan unos 300 dólares mensuales y gozan de apenas unos días de vacaciones por año.

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