Muerte de Soleimani: una operación sin precedentes para el Ejército de EEUU
Bombardeo abre un periodo de incertidumbre para Estados Unidos y sus aliados.
El bombardeo estadounidense sin precedentes que mató el viernes en Bagdad al general iraní Qasem Soleimani y al líder paramilitar iraquí Abu Mehdi Al Muhandis abre un periodo de incertidumbre para Estados Unidos y sus aliados en la región.
También suscita muchas preguntas sobre qué pasó y qué pasará.
El Pentágono no entregó detalles de la operación, aunque dejó en claro que el presidente Donald Trump dio la orden de llevarla a cabo.
Según varios medios estadounidenses, se utilizaron drones que golpearon dos vehículos en una carretera que conduce al aeropuerto internacional de Bagdad.
Soleimani, que comandaba las fuerzas especiales Quds de Irán y era considerado como una de las figuras más poderosas del país, viajaba en uno de ellos.
Abu Mehdi Al Muhandis, el número dos de Hashd Al Shaabi, coalición paramilitar mayoritariamente pro-Irán, también murió en el atentado.
Un responsable militar estadounidense aseguró a la AFP que el impacto que pulverizó este viernes en Bagdad dos vehículos donde se encontraban Soleimani y Mehdi se realizó con "un tiro de precisión de dron".
Sin embargo, los medios estatales iraníes dijeron que helicópteros estadounidenses lanzaron el ataque.
Este método de asesinato de miembros de un ejército extranjero refleja más el modus operandi del ejército israelí que de las fuerzas estadounidenses, que típicamente organizan con precisión a sus fuerzas especiales cuando buscan eliminar figuras de alto mando.
Los ejemplos incluyen Osama bin Laden, o más recientemente, el exlíder del Estado Islámico Abu Bakr Al Bagdadi.
Estados Unidos ha seguido de cerca los pasos de Soleimani y podría haberlo atacado antes.
El Pentágono aseguró que el general había estado "desarrollando activamente planes para atacar diplomáticos estadounidenses y miembros del servicio en Irak y en toda la región".
El secretario de Estado, Mike Pompeo, afirmó que Soleimani tramaba "una acción importante" que amenazaba la vida de cientos de estadounidenses y que era "inminente".
El jueves por la mañana, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, advirtió que Estados Unidos no dudaría en tomar "medidas preventivas" si tenían información sobre nuevos ataques.
También dijo que el asesinato de un contratista estadounidense la semana pasada en un ataque con cohete contra una base en Kirkuk, atribuido por Washington a un grupo proiraní, significaba que "el juego había cambiado".
El precio del petróleo ha subido más de un cuatro por ciento tras la muerte de Soleimani, por los temores del mercado a un aumento de las tensiones en la región.
Irán prometió vengarse. Su aliado, el movimiento Hezbolá de Líbano dijo que el castigo para los responsables será "la tarea de todos los combatientes de la resistencia en todo el mundo".
Muchos grupos pro-Irán en la región tienen la capacidad de llevar a cabo ataques contra bases estadounidenses en los estados del Golfo, así como contra petroleros y buques de carga en el Estrecho de Ormuz que Teherán podría cerrar en cualquier momento.
También podrían atacar las tropas y bases estadounidenses en Irak, Siria y otras embajadas estadounidenses en la región y atacar a los aliados de Washington, incluidos Israel y Arabia Saudita, incluso países de Europa.
Hay muchas posibilidades. Según la analista Kim Ghattas, del Carnegie Endowment for International Peace, es difícil evaluar lo que sucederá después.
En los últimos meses, Estados Unidos ha enviado más de 14.000 soldados a la región como refuerzo. Washington anunció que se enviarían 500 más luego de que manifestantes proiraníes asediaran su embajada en Bagdad esta semana.
Esper dijo el jueves que un batallón de 4.000 hombres recibió la orden de permanecer en espera para un posible despliegue en los próximos días.
Estados Unidos actualmente tiene 5.200 soldados desplegados en Irak, oficialmente para asistir y entrenar su ejército y asegurar que el Estado Islámico no vuelva a emerger como una fuerza.
El Departamento de Estado pidió a sus ciudadanos el viernes que abandonen Irak "inmediatamente".
Israel ha cerrado una estación de esquí en los Altos del Golán, una región anexa en la frontera entre Siria y el Líbano.