Miles de mexicanos dan gracias a la Santa Muerte por un año más de vida

Cada 31 de octubre los mexicanos rinden homenaje a la Santa Muerte. Foto: EFE
01 nov 2013 , 09:28
Redacción

Cada 31 de octubre los mexicanos rinden homenaje a la Santa Muerte.

"Gracias por un año más, flaquita", este mensaje escrito en un papel reposa bajo los pies de la Santa Muerte de Tepito, una de las imágenes más veneradas en la capital mexicana, a la que miles de personas acuden cada año en la festividad de muertos para darle las gracias por "hacerles el paro".

 

"La Guadalupe ocupa un lugar muy importante haciendo milagros, pero hay cosas que no le puedes pedir; la Santa Muerte te hace el paro, es más cabrona y esa sí te ayuda en cosas más serias y difíciles", dijo a Efe Alfonso Hernández, cronista del barrio de Tepito.

 

A la Virgen de Guadalupe, patrona de los mexicanos, "le pides que te ayude, que te consuele, que te dé fortaleza", pero a la Santa Muerte se le suplica "tener el coraje para resistir".

 

Por ejemplo, se le pide "que corte con su guadaña las envidias o los maleficios que te quieran hacer en el trabajo o tus vecinos", explicó.

 

Lejos de estar relacionada con ritos satánicos y de ser la devota de los delincuentes, la Santa Muerte reúne cada año a miles de hombres, mujeres y niños que acuden en familia el 31 de octubre y 1 de noviembre al conocido como "Barrio Bravo" para darle las gracias por los milagros concedidos.

 

"Hay gente buena y gente mala que se dedica a ocupar los favores que ella nos hace, pero al final salen perdiendo porque el bien siempre triunfa", dijo a Efe Nayeli, una joven que lleva 14 años acudiendo a visitar a esta santa para pedirle "grandes favores".

 

Sandra comentó que lo hace desde hace seis, desde que se le apareció la imagen de la santa, y en esta ocasión, del brazo de su hijo, recorre el último tramo de rodillas para "agradecer por la salud y el trabajo durante el año".

 

"Nunca pensé que vendría tanta gente, creía que yo era la única que adoraba a la Santa Muerte y es increíble lo que hay, no nada más aquí, sino en todas partes", señaló Enriqueta Romero, la artífice de que este culto, que la gente practicaba discretamente en sus casas, saliera a la luz hace doce años y se masificara.

 

"Soy devota de la Santa Muerte hace 57 años, yo puse el altar porque quiero mucho a la santísima muerte, para mí es algo muy grande, es un rayo de luz, la amo", aseguró a Efe.

 

Eso sí, antes que esta santa, añadió, está Dios, pues ante todo estos fieles son católicos, hasta el punto de que cuando la invocan y le rezan el rosario le piden permiso a Dios.

 

Cada mes Enriqueta le cambia el traje al esqueleto de la santa, que hoy está rodeada de flores, velas y ofrendas como comida, bebida, tabaco.

 

Para estas fechas le toca el blanco, el vestido de novia, no por nada en especial, sino porque "estamos en un país libre y podemos hacer lo que nos dé la gana", aseguró.

 

Con un carácter férreo, Enriqueta organiza a los fieles para que no se queden mucho tiempo frente a la imagen. Entrar, tocar el cristal que la protege y salir.

 

De tanto venerarla, ¿se le pierde el miedo a la muerte? "Miedo le tengo a la gente que es víbora y habla puras pendejadas, a esa gente que dice que soy satánica, que adoro el diablo... Pero (...) para mí ella es lo más lindo que puede haber en el mundo después de Dios".

 

Y es que el lema que reza encima de la santa es directo y contundente: "No temas donde vayas que has de morir donde debes".

 

"Tú naciste con un destino, te vas a caer, te vas a levantar, te vuelves a caer... Pero cuando Dios te necesite se acabó el encanto. Te mueres. Y no te va a llevar la muerte, te va a llevar Dios cuando te necesite", aseguró.

 

Para otros devotos como David Reyes, creyente desde hace ocho años, adorarla en vida es un modo de irse acercando a lo que ha de venir.

 

"Queramos o no nos vamos a ir con ella. ¿Por qué no adorarla en vida para que nos vayamos con más confianza?", apuntó este hombre que tiene varias imágenes de la santa, con quien habla y se desahoga cuando tiene problemas.

 

Según cálculos del cronista Hernández, en la tarde del 1 de noviembre, cuando se le reza un rosario a la Santa Muerte, pueden llegarse a juntar en Tepito unas 5.000 personas y cada año son más.

 

"Se está convirtiendo en una devoción emergente, una deidad de la crisis" y hay "una devoción popular como no se veía antes en las calles", aseguró.

 

La crisis económica, política y de credibilidad con las iglesias oficiales está haciendo que haya una "reconversión de las devociones tradicionales" y que se empiece a venerar más que a Dios a imágenes como San Judas Tadeo (que se festeja el 28 de cada mes) o la Santa Muerte.

 

Así, cada vez son más los mexicanos que se alejan de una muerte "domesticada por el sistema" para atreverse a pedirle a "la huesuda" esas cosas que solo ella puede comprender y conceder.

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