Más de 3 millones de personas huyeron de Siria por la guerra civil y los yihadistas
El conflicto ha durado más de tres años en esta zona de Medio Oriente.
Más de tres millones de sirios huyeron de su país, golpeado por la guerra civil y por las atrocidades de los yihadistas del Estado Islámico (EI), a los que el presidente Barack Obama aún no ha decidido si atacará en Siria.
En el sur del país se llevaban a cabo negociaciones este viernes para liberar a 44 cascos azules de la ONU fiyianos detenidos en la Meseta del Golán por grupos armados sirios.
La ONU recibió garantías de que éstos están a salvo y con buena salud, informó el viernes un portavoz de la organización. "Naciones Unidas recibió garantías de fuentes de confianza según las cuales 44 soldados de los cuerpos de paz de la UNDOF (Fuerza de las Naciones Unidas de Observación de la Separación) se encuentran a salvo y con buena salud", indicó en un comunicado el portavoz de la ONU, Stephane Dujarric.
Washington, por su parte, acusó al Frente Al Nosra, la rama de Al Qaida en Siria, de retenerlos. Más de 80 cascos azules filipinos están bloqueados en sus posiciones.
Tras más de tres años de una guerra civil degenerada en un conflicto multiforme y sangriento por el avance del EI, el número de refugiados superó los tres millones, indicó la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Ese número no incluye a los cientos de miles de personas que huyeron sin registrarse como refugiados, ni a los 6,5 millones de personas desplazadas dentro del país, lo que significa que cerca del 50% de los sirios se ha visto obligado a huir de sus hogares, explicó la ACNUR.
La agencia de la ONU se refirió también a "ciudades donde la población está rodeada, la gente tiene hambre y los civiles están siendo asesinados indiscriminadamente".
Por su parte, Gran Bretaña subió el viernes de "sustancial" a "grave" su nivel de alerta de seguridad, justificando esta movilización por la amenaza terrorista representada por los centenares de británicos yihadistas que se encuentran luchando en Irak y Siria.
Esto significa que un ataque es "altamente probable", sin que exista por el momento información sobre una amenaza "inminente", precisó la ministra del Interior, Theresa May.
"Con el Estado Islámico, estamos confrontados a la amenaza más grave que jamás hayamos conocido", indicó por su parte el primer ministro británico, David Cameron.
En cuanto a Estados Unidos, por el momento no prevé elevar su nivel de alerta terrorista, según la Casa Blanca.
Más de tres años después de haber estallado, la guerra en Siria se vuelve cada vez más compleja. Los combates, en un principio entre las fuerzas del régimen y los insurgentes, se han diversificado, puesto que ahora los rebeldes se enfrentan a los yihadistas del EI que, a su vez, desde hace varias semanas combaten contra las fuerzas gubernamentales.
"La crisis siria se ha convertido en la mayor emergencia humanitaria de nuestra época. Sin embargo, el mundo no logra responder a las necesidades de los refugiados ni de los países que los acogen", lamentó ACNUR.
La actriz estadounidense y embajadora de buena voluntad de ACNUR Angelina Jolie, dijo este viernes en un comunicado estar conmocionada por el número creciente de refugiados, lo que consideró "una señal inapelable del fracaso colectivo para poner fin a la guerra en Siria".
La ONU calcula que 191.000 personas murieron en el país desde marzo de 2011.
Las atrocidades se multiplican en Siria, donde el EI ejecutó esta semana a más de 160 soldados en el norte.
El grupo ultrarradical difundió un vídeo en el que decenas de jóvenes, presentados como soldados sirios, marchan por el desierto en ropa interior, descalzos y con las manos en la cabeza, antes de pasar a un gran plano de cuerpos apilados.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), los soldados habían sido capturados tras la toma de varias bases militares de la provincia septentrional de Raqa, ahora bajo control del EI.
Este grupo sunita surgido en 2006 en Irak con otro nombre reapareció con toda su fuerza en 2013 en plena guerra civil en Siria. A finales del pasado junio, proclamaron un "califato" islámico en las regiones bajo su control en este país y en Irak, donde Estados Unidos lanzó una campaña de ataques aéreos contra sus posiciones el 8 de agosto.
Estados Unidos había dado a entender que podría atacar a este grupo también en Siria, pero Obama dijo el jueves que no tenía "aún una estrategia" al respecto.
Este es un escenario delicado para Washington, pues se situaría frente a un enemigo común de Damasco, después de haber apoyado a los rebeldes moderados desde el inicio del conflicto, surgido tras la violenta represión de protestas pacíficas contra el régimen de Bashar al Asad que degeneraron en una guerra civil.
Obama dijo que Estados Unidos continuará "apoyando a la oposición moderada porque debemos ofrecer al pueblo de Siria una alternativa a Al Asad o al EI".
En el vecino Irak, la ofensiva lanzada por el EI el 9 de junio obligó a cientos de miles de personas a huir.
Según la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), más de 1,6 millones de iraquíes se vieron desplazados por las violencias en el país. "La mayoría de los desplazados tuvieron que caminar durante días para llegar a lugares seguros", señaló.
El grupo ultrarradical decapitó a un combatiente kurdo en el norte del país, y advirtió de que otros kurdos correrán su misma suerte si siguen cooperando con Estados Unidos.
El ejército iraquí, que intentaba estrechar el cerco en torno a Amerli, una ciudad chiita turcomana 160 km al norte de Bagdad, anunció que había lanzado ataques aéreos contra las posiciones del EI, que asedia la ciudad desde hace dos meses, y que preparaba un asalto por tierra.