Manifestantes asaltan el Parlamento en Kenia por rechazo a los nuevos impuestos
Cientos de manifestantes irrumpieron en el Parlamento de Kenia este martes 25 de junio, en protesta por la creciente aprobación de un proyecto de ley que introduce un aumento de impuestos y la creación de nuevos gravámenes.
Los disturbios estallaron minutos después de la votación a favor de los legisladores, que respaldaron la iniciativa del Gobierno.
La respuesta de la policía fue inmediata y violenta. Abrieron fuego en los alrededores del edificio legislativo y lanzaron gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a la multitud.
A pesar de que los patrocinadores de la ley eliminaron algunos impuestos, como el impuesto al valor agregado al pan y la posesión de vehículos, el proyecto aún espera la sanción del presidente keniano, William Ruto.
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Según medios locales como 'KTN Kenya', al menos ocho personas murieron en los enfrentamientos, mientras que las agencias internacionales reportan 17 fallecidos y más de 30 heridos. Hasta el momento no hay un balance oficial de víctimas.
La situación se agravó cuando la policía atacó un campamento médico que atendía a los activistas heridos. La Cruz Roja también señaló que sus vehículos fueron atacados, resultando en lesiones a su personal y voluntarios.
Horas antes, imágenes publicadas por los medios mostraron a cientos de ciudadanos que atacaban al exterior del Parlamento, mientras que otros lograban ingresar al edificio.
Los testigos describieron cómo los manifestantes rompieron las barricadas y se enfrentaron violentamente con la policía. Los agentes antidisturbios abrieron fuego contra las personas que lograron penetrar el recinto de la Asamblea Nacional.
Protestas y saqueos en Kenia
El caos no se limitó al Parlamento. Manifestantes prendieron fuego al Ayuntamiento de Nairobi y saquearon un club nocturno propiedad de un alto funcionario del Gobierno. Los enfrentamientos y la violencia se extendieron por toda la ciudad.
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El presidente Ruto hizo un llamado al diálogo para encontrar una solución pacífica al conflicto. Sin embargo, sus esfuerzos no son suficientes para calmar los ánimos, y los líderes de las protestas anunciaron la posibilidad de una huelga general.
Durante los disturbios, el servicio de Internet en el país experimentó interrupciones, lo que ha sido denunciado por los activistas como una táctica del gobierno para reprimir la información y la comunicación entre los manifestantes.