Hezbollah intensifica ataques tras el asesinato de su comandante en Líbano
Hezbollah, la milicia respaldada por Irán, intensificó sus ataques contra Israel, lanzando una serie de cohetes desde el Líbano en respuesta al asesinato de su alto comandante Fuad Shukr. Este ataque fue descrito por Hassan Nasrallah, líder del grupo, como una represalia inevitable y marca el inicio de una “batalla abierta en todos los frentes”.
El Ejército israelí informó que la mayoría de los proyectiles lanzados hacia la zona de Galilea Occidental fueron interceptados por el sistema de defensa antimisiles Domo de Hierro desarrollado en Israel.
Sin embargo, la amenaza es significativa, ya que Hezbollah prometió continuar sus ataques, argumentando que la muerte de Shukr en Beirut, junto con el reciente asesinato de Ismail Haniyeh, en Teherán, fueron errores graves por parte de Israel.
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Hassan Nasrallah afirmó que estos eventos llevaron la confrontación a una nueva etapa. En su discurso, subrayó que Hezbollah responderá a cada agresión israelí con mayor fuerza, utilizando tanto su ira como su estrategia calculada. Aunque no calificó los asesinatos como actos de guerra, enfatizó que Hezbollah está preparado para luchar en múltiples frentes si es necesario.
Desde el ataque de Hamas al sur de Israel el 7 de octubre, que dejó aproximadamente 1 200 muertos y 250 secuestrados, Hezbollah dispara misiles y morteros casi a diario. A pesar de un breve cese de ataques, Nasrallah aseguró que las hostilidades se reanudarán pronto, reflejando la determinación del grupo de no dejar sin respuesta la muerte de su comandante.
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La escalada en la violencia lleva a Irán, Hamas y Hezbollah a prometer represalias continuas contra Israel. En respuesta, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, elevó el nivel de alerta del Ejército, preparándose para posibles ataques adicionales.
La última gran confrontación entre Israel y Hezbollah en 2006 resultó en más de 1 000 muertes en Líbano y más de 100 en Israel, además de causar desplazamientos masivos y destrucción de infraestructura. La situación actual amenaza con desencadenar una crisis similar, con ambos bandos preparados para intensificar sus acciones.