Haití: la policía mata a 4 sospechosos del asesinato del presidente Jovenel Moïse y arresta a otros dos
Entre el jueves y el viernes, la Policía Nacional haitiana capturó a 20 de los 28 supuestos implicados en el magnicidio.
De los detenidos, las autoridades haitianas indicaron que 18 son colombianos y dos estadounidenses de origen haitiano.
Otros tres colombianos fueron abatidos en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, según el balance oficial ofrecido por las autoridades este viernes.
Por su parte, la Policía Nacional de Colombia indicó que, con la última información disponible, se confirma que 15 de los detenidos son nacionales de su país y exintegrantes del Ejército.
En cuanto a los estadounidenses de origen haitiano, fueron identificados como James Solages, de 35 años, y Joseph Vincent, de 55.
Otros cinco miembros del comando que participaron en el asalto a la residencia de Moïse, presuntamente colombianos, están fugados y son buscados "activamente".
El director la Policía Nacional haitiana, Léon Charles, había informado el miércoles que tres agentes que habían sido secuestrados por los presuntos autores del magnicidio quedaron en libertad en el operativo policial en Puerto Príncipe.
Los presuntos asesinos fueron perseguidos hasta una casa cerca de la escena del crimen en Pétionville, un suburbio del norte de la capital, Puerto Príncipe.
"Tenemos los autores físicos, ahora estamos buscando a los autores intelectuales", dijo Charles.
Inicialmente, las autoridades haitianas indicaron que los atacantes eran "extranjeros que hablan español e inglés", pero no aportaron datos sobre su nacionalidad o identidad. En Haití se habla francés y creole.
Tensión entre los ciudadanos
Una multitud de haitianos se reunió el jueves en las inmediaciones de donde se desarrollaba la operación policial, y algunos prendieron fuego a los autos de los sospechosos y a la casa donde se habían refugiado, según reportaron medios locales.
Charles explicó que la población local había ayudado a la policía a localizar a los presuntos magnicidas, aunque les pidió que no se tomaran la justicia por su mano ante el reclamo de linchamiento que hacían desde la multitud.
"¡Quémalos!", gritaban algunos de las cientos de personas que se reunieron frente a la comisaría donde se encontraban detenidos los sospechosos.
El primer ministro interino Claude Joseph subrayó que la situación de seguridad del país está "bajo control" y explicó que, tras realizarse el informe forense de la muerte, el cadáver del presidente fue trasladado a una morgue en la capital.
En relación al estado de salud de la primera dama, Martine Moïse, también herida en el ataque, Joseph afirmó que se encuentra "fuera de peligro", después de haber sido trasladada a un hospital de Miami, Estados Unidos.
Contacto con Estados Unidos
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, condenó el "atroz asesinato" y ofreció sus condolencias al pueblo de Haití.
"Estamos listos para ayudar mientras continuamos trabajando por un Haití seguro", dijo.
El primer ministro haitiano señaló que mantuvo una conversación telefónica con el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, con el que habló sobre la situación política del país.
El Departamento de Estado reafirmó este jueves que estaba en contacto regular con funcionarios haitianos, incluidas las autoridades de investigación, para discutir cómo Estados Unidos podría brindar asistencia.
En concreto, hablaron de la organización de las elecciones presidenciales y legislativas, previstas para el próximo 26 de septiembre, y sobre la oposición.
"Afortunadamente, muchos sectores en la oposición condenaron el asesinato", expuso Joseph, que horas antes había pedido expresamente a la oposición sumarse a la repulsa del magnicidio.
Las autoridades estadounidenses negaron con rotundidad que la DEA (la agencia antidrogas de ese país) tuviera vínculo alguno con el crimen.
Qué pasó
El ataque contra Moïse y su esposa se produjo alrededor de la 01:00 hora local (05:00 GMT) del miércoles, cuando un grupo de individuos no identificados accedió al domicilio del presidente en el barrio Pétionville de Puerto Príncipe, la capital haitiana.
El primer ministro interino tomó el control de la nación y urgió a su pueblo a mantener la calma, declarando que se tomaron "todas las medidas para garantizar la continuidad del Estado".
Además, Joseph calificó el ataque como "un acto inhumano, bárbaro y atroz".
República Dominicana, vecino territorial, ordenó el "cierre inmediato" de sus fronteras con Haití y reforzó la vigilancia de la zona.
La Organización de Estados Americanos (OEA) llamó a realizar una "rápida investigación internacional".
Mandato turbulento
Jovenel Moïse, de 53 años, asumió el poder en febrero de 2017, cuando reemplazó a Michel Martelly.
El mandato de Moïse fue turbulento. Enfrentaba acusaciones de corrupción y fue desafiado por oleadas de protestas antigubernamentales a menudo violentas.
A comienzos de año, varias manifestaciones sacudieron la capital y otras ciudades, donde multitudes pidieron su dimisión.
El ataque en el que resultó muerto se produjo a solo dos meses de las elecciones presidenciales.
Se trata de unos comicios en los que Moïse no podía ser candidato.
La inestabilidad política crónica y los desastres naturales han dejado a Haití como uno de los países más pobres de América Latina.
Es la nación de la región que más gobiernos ha tenido en menos tiempo desde fines del siglo XX.
El país caribeño sufre, además, un incremento de violencia por parte de bandas criminales, secuestros y un deterioro de estándares de vida donde casi el 60% de la población vive bajo el umbral de la pobreza.
En 2010, un terremoto mató a 200.000 personas y causó daños extensos a la infraestructura y economía.