Familiares de estudiantes mexicanos desaparecidos los buscan angustiados en una zona peligrosa
Algunos testigos han asegurado que muchos de los estudiantes fueron subidos a vehículos policiales.
Desesperados familiares de 43 estudiantes mexicanos tocaron este miércoles infinidad de puertas de casas mostrando fotos de estos aspirantes a maestros desaparecidos tras una serie de tiroteos contra autobuses ocupados por estudiantes en el peligroso estado de Guerrero (sur) la semana pasada.
Acompañados por militares y policías, los familiares se abrieron paso entre campos con espesas y altas hierbas para examinar barrancos, terrenos baldíos y aldeas al sur de la ciudad de Iguala, donde los estudiantes fueron vistos por última vez.
Algunos testigos han asegurado que muchos de los estudiantes fueron subidos a vehículos policiales, después que uniformados dispararon contra los autobuses en Guerrero, un estado con fuerte presencia del crimen organizado.
Autoridades estatales han expresado que sospechan que policías de Iguala están coludidos con narcotraficantes, lo que ha acentuado el temor sobre el destino de los estudiantes. En México 80.000 personas han muerto y 22.000 han desaparecido desde 2006 a raíz de la violencia generada por el narcotráfico.
La búsqueda se está llevando a cabo en zonas que se consideran de alto riesgo porque "de alguna manera las domina y controla la delincuencia organizada", explicó Manuel Olivares, coordinador de la Red Guerrerense de Organismos Civiles de Derechos Humanos.
Las familias mantienen la esperanza viva aunque Ortega reveló que la búsqueda se enfoca también en lugares donde los narcotraficantes suelen enterrar sus víctimas.
"Buenas tardes, estamos buscando a nuestros familiares que desaparecieron el fin de semana. Esperamos que puedan ayudarnos con información", explicó a dos criadores de cerdos Meliton Ortega, tío de uno de los desaparecidos de 17 años.
"No hemos escuchamos nada aparte de lo que dicen las noticias", respondió Epifanio Romualdo, de 53 años, mientras tomaba un volante y prometía llamar al teléfono impreso, en caso de saber algo.
Bañados en sudor tras recorrer un terreno ondulado sobre el que caía el sol a plomo, el contingente de familiares recibió puerta tras puerta la misma respuesta: nada, ningún elemento nuevo para su angustioso rastreo.
En una de las casas incluso se escuchaba fuerte un narcocorrido - género musical que narra hazañas de narcotraficantes-, pero nadie abrió aunque la puerta fue tocada varias veces.
"Vamos a buscar hasta que reaparezcan", comentó Epifanio Álvarez, padre de uno de los estudiantes de 19 años.
La fiscalía regional arrestó a 22 policías municipales por presuntamente abrir fuego contra tres autobuses, una acción que dejó un saldo de tres estudiantes muertos.
Los uniformados también están acusados de disparar contra un taxi y otro autobús que transportaba a un equipo de fútbol de tercera división en las afueras de Iguala (140.000 habitantes), lo que resultó en la muerte de otras tres personas.
Los desaparecidos estudiaban en una escuela rural para maestros de la localidad de Ayotzinapa, cerca a la capital estatal, Chilpancingo.
Sus compañeros dijeron que fueron a Iguala el viernes para recaudar fondos para continuar sus estudios.
Guerrero ha sido escenario de protestas contra recientes reformas educativas y las condiciones de trabajo de los educadores, pero los grupos de maestros mas radicales que promueven esas protestas negaron que el fin de semana pasado hubiesen efectuado alguna en Iguala.
Los estudiantes de la región algunas veces se toman autobuses para volver a casa, en una práctica a la que dicen se ven obligados ante la falta de apoyo del gobierno.
Un estudiante que sobrevivió al tiroteo de los uniformados aseguró que vio unos 30 o 40 estudiantes en autos de la policía después de los disparos.
Funcionarios judiciales que investigan el caso, han declarado que las cámaras de vigilancia de la zona captaron patrullas que llevaban civiles.
Manuel Olivares aseveró que el gobierno estatal perdió "mucho tiempo" antes de comenzar la búsqueda, aunque las autoridades insisten en que comenzaron la búsqueda desde el mismo fin de semana.
Algunos funcionarios esperan que los estudiantes estén escondidos, como ocurrió con otra docena, reportados inicialmente entre los desaparecidos, y que el martes fueron localizados.
Pero las familias de los que aún no aparecen insisten en que no están escondidos y temen que podrían estar ahora en manos del crimen organizado.
"No hemos descansado desde que empezamos a buscarlos el fin de semana. Vivos se los llevaron, vivos los queremos de regreso", sentenció Ortega.