Evo Morales convoca a nuevas elecciones en Bolivia
Bolivia cumplió su tercera semana de protestas, con huelgas y muertos.
El presidente boliviano, , convocó este domingo a nuevas elecciones, luego de que una misión de auditoría de la OEA detectara numerosas "irregularidades" en la primera vuelta del 20 de octubre y pidiera celebrar nuevos comicios con un nuevo órgano electoral.
El gobernante indígena hizo el anuncio poco después de que la Secretaría General de la OEA pidiera anular la primera vuelta -en la que Morales había sido reelegido bajo denuncias de fraude por parte de la oposición- y realizar nuevos comicios.
El mandatario izquierdista, quien no aclaró si será nuevamente candidato y no estableció fecha para los nuevos comicios, tomó la decisión tras el lapidario informe de la OEA y mientras la tensión escalaba en el país, con masivas protestas en las calles en las últimas tres semanas e incluso motines policiales desde el viernes en demanda de su renuncia.
, dijo la Organización de Estados Americanos (OEA) en un comunicado.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, hizo este pedido en virtud del informe técnico preliminar preparado por una misión que auditó los comicios bolivianos y encontró "irregularidades", cuestionando la "integridad" del escrutinio.
"En los cuatro elementos revisados (tecnología, cadena de custodia, integridad de las actas y proyecciones estadísticas) se encontraron irregularidades, que varían desde muy graves hasta indicativas. Esto lleva al equipo técnico auditor a cuestionar la integridad de los resultados de la elección", dice el informe.
Morales, en el poder desde 2006, había ganado un cuarto mandato hasta 2025 en primera vuelta al obtener 47,08% de los votos y superar por más de diez puntos al centrista Carlos Mesa (36,51%), pero la oposición denunció un fraude y se volcó a las calles a exigir su renuncia y nuevos comicios, con un órgano electoral autónomo, y sin él como candidato.
El líder cívico Luis Fernando Camacho, quien se erigió tras los comicios en el rostro más visible de la oposición, pretendía acudir este lunes a la casa de gobierno, acompañado por otros dirigentes opositores, a llevarle una carta de renuncia a Morales, que esperaba que el mandatario firmara.
En el Vaticano, el papa Francisco había exhortado este domingo a los bolivianos a esperar en "paz y serenidad" los resultados de la auditoría electoral.
dijo el pontífice argentino en la tradicional oración del Angelus.
En tanto, Cuba cerró filas junto a su aliado Morales y llamó este domingo a la comunidad internacional a condenar la "aventura golpista del imperialismo y la oligarquía" en Bolivia.
Las protestas, que estallaron al día siguiente de los comicios, comenzaron en la región oriental de Santa Cruz, la más rica de Bolivia, pero se fueron extendiendo a otras ciudades, incluida La Paz, con un saldo de tres muertos y más de 250 heridos.
Los paros han causado pérdidas por unos 12 millones de dólares al día, según cifras oficiales, y el sábado fueron incendiadas las casas de dos gobernadores regionales oficialistas, así como la de Ester Morales, hermana mayor del presidente, en la región sureña de Oruro.
El informe de la OEA consigna que "las manipulaciones al sistema informático son de tal magnitud que deben ser profundamente investigadas por parte del Estado boliviano para llegar al fondo y deslindar las responsabilidades de este caso grave".
, agrega.
La oposición se había opuesto a la auditoría de la OEA porque pensaba que se trataba de una treta de Morales para ganar tiempo.
Además, la oposición reprocha al mandatario haber desconocido un referendo de 2016 en el que los bolivianos rechazaron la reelección indefinida. Un polémico fallo en 2017 de un tribunal constitucional afín le permitió ser nuevamente candidato.
Morales había convocado el sábado a los partidos políticos opositores a un diálogo, pero excluyó a los poderosos comités cívicos regionales que lo tenían en jaque con las protestas callejeras.
En medio de las protestas, una turba ocupó el sábado en La Paz las instalaciones de dos medios estatales y obligó a los trabajadores a abandonarlos. Otros manifestantes tomaron la radio de un sindicato campesino, del cual Morales es afiliado.