Donald Trump, el primer candidato convicto en ganar la presidencia de EE.UU.
Tras una campaña donde sufrió dos intentos de asesinato, Donald Trump volverá a la Casa Blanca en enero de 2025, pero no en condiciones normales. Es un convicto por delitos penales y sus abogados trabajan para evitar repercusiones.
Su condición de presidente electo le da amplia protección. Si bien fue declarado culpable de 34 cargos de falsificación de registros comerciales en mayo, por el caso de pagos indebidos a la exactriz porno Stormy Daniels, la sentencia fue diferida para después de los comicios.
Será leída por un juez el 26 de noviembre de 2024. Ese día, podría dictarle prisión por desacato y porque el objetivo del pago fue influir en las elecciones de 2016. Pero todo apunta a que la condena sería leve o se vuelva a retrasar hasta después de terminar su nuevo mandato.
El caso del manejo indebido de documentos clasificados que enfrentó Trump fue desestimado en julio. Mientras que el proceso por subversión electoral federal que llevó al asalto al Capitolio en enero de 2021 tuvo que ser replanteado por el Fiscal General, cuando la Corte Suprema declaró que gozaba de inmunidad.
Sin embargo, ahora el Departamento de Justicia evalúa como desestimar los cargos, pues una de sus políticas es no procesar a un Presidente en ejercicio. Y el fiscal Jack Smith anunció que renunciará antes que Trump se posesione.
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Trump incluso se ha salido con la suya en un proceso por fraude civil. En ese caso, lo multaron con USD 355 millones y todavía no ha pagado.
En agosto, fue fichado por una Corte de Atlanta en el proceso por interferencia electoral. Se entregó a la justicia y le tomaron una foto para la ficha policial. Con dicha imagen, aprovechó para vender camisetas y otros artículos para recolectar dinero para su campaña.
El presidente electo dijo que en su primer Gobierno, Estados Unidos estuvo en mejores condiciones económicas. Durante el debate contra Kamala Harris, aseguró que en Sprinfield, Ohio, los migrantes se estaban comiendo las mascotas.
Pero ni eso ni los dos intentos de juicio político para su destitución que le inició el Congreso cuando aún era Presidente, le impidieron seguir con sus planes de candidatizarse. Tampoco lo frenaron en la campaña ni le arrebataron el triunfo.
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