EEUU: Tiró a su hija a un lago y después uso una muñeca

La niña fue encontrada en el fondo del lago Moses el 31 de octubre de 2018.
20 dic 2020 , 05:06
Redacción

Entre la mujer y su pareja acabaron con la vida de la menor, que tenía dos años.

Una mujer de Texas (EE UU) que usó una muñeca de tamaño natural para engañar a sus vecinos y hacerles creer que su hija muerta todavía estaba viva ha sido sentenciada a 20 años de prisión.

 

Según TooFab, Tiaundra Christon fue declarada culpable de manipular un cadáver humano y este martes recibió la sentencia máxima, que es la misma que recibió hace poco más de un año su novio y coacusado, Kenny Hewett, en relación con la muerte de Hazana Anderson, de dos años.

 

 

 

La niña fue encontrada en el fondo del lago Moses el 31 de octubre de 2018, envuelta en una bolsa de plástico, atada con una cuerda y ésta a su vez a una roca, pero nadie ha sido condenado por su asesinato.

 

Christon había afirmado que su hija había desaparecido de su cochecito en un parque el 28 de octubre, lo que provocó una operación de búsqueda a gran escala. Revisando imágenes de cámaras de seguridad y declaraciones de testigos, los investigadores rastrearon los últimos movimientos de la madre y la niña, o lo que inicialmente pensaron que era la niña.

 

Los investigadores comenzaron a sospechar cuando descubrieron en un contenedor de basura cercano una muñeca vestida con la misma ropa que llevaba la niña desaparecida.

 

Al ser interrogada, Christon finalmente confesó que la niña había muerto días antes de que denunciara su desaparición; según el fiscal de distrito criminal del condado de Galveston, Jack Roady, Christon había paseado la muñeca por las calles de Houston fingiendo que era su hija.

 

Los trágicos últimos días de la niña finalmente fueron reconstruidos: Christon había viajado con la pequeña Hazana a Houston para visitar a su novio, y los tres se habían alojado en un hotel.

 

Según la sentencia, Christon les dijo a los detectives que Hewett salió del hotel con su hija para ir a buscar comida; pero cuando regresaron 30 minutos después, la niña estaba llorando y el hombre comenzó a golpearla violentamente con un cinturón en brazos, piernas y rostro.

 

Christon dijo que Hewett le pidió que ella también golpeara a la niña. Christon le obedeció, pero Hewett  dijo que no la estaba golpeando con la fuerza suficiente, así que volvió a golpearla él mismo, hasta el punto de que la niña empezó a perder la conciencia.

 

Christon dijo que metieron a la niña, que todavía tenía pulso, en la bañera y la sumergieron agua fría para intentar reanimarla y que cuando la sacaron del baño, vio pruebas de que su hija también había sido agredida sexualmente.

 

Después quisieron calentar a la niña usando un secador de pelo, pero sólo lograron quemarle la piel. La niña estaba fría y la dieron por muerta.

 

Fue entonces cuando decidieron envolver el cuerpo en plástico y colocarlo en el suelo de los asientos traseros de su coche, donde permaneció durante tres días, antes de que finalmente se dirigieran al lago donde lo ataron a una piedra y lo tiraron al agua.

 

Después de que bomberos de la Policía hallaran el cuerpo, un médico forense testificó que los moratones en el cuerpo de Hazana no habrían sido suficientes para matarla, pero no se pudo determinar la causa de la muerte y, por lo tanto, nunca se presentaron cargos de homicidio contra la pareja.

 

El jurado tardó solo 20 minutos en decidir su veredicto, y 40 minutos más el martes para deliberar sobre su sentencia, donde recibió el máximo posible.

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